Artículo publicado en http://www.ieco.clarin.com/notas/2008/02/21/01612255.html
Es el gigante Furukawa, que instalará una planta en Berazategui.
El crecimiento del mercado de las telecomunicaciones está tentando a las firmas proveedoras a instalarse en el país. Tras abrir una oficina en Buenos Aires en 2002, ahora la fabricante japonesa de cables de fibra óptica Furukawa levantará una planta. La empresa invertirá US$ 3 millones para trasladar una línea de producción desde su fábrica de Curitiba, en Brasil, a un predio sobre la Ruta 2, en Berazategui, a metros de su compatriota Honda.
Con este proyecto, la compañía quiere sacarle el jugo a la expansión del mercado de las telecomunicaciones, principal comprador de sus productos. El sector viene creciendo a tasas del 18% al 20% anuales. La facturación de las compañías de telefonía fija y móvil, Internet, transmisión de datos e infraestructura alcanzó los $ 24.055 millones el año pasado, 25% más que en 2006, según los datos de la consultora Prince & Cooke.
«Habíamos llegado a un techo para seguir ganando participación de mercado con productos importados», señala José Alc»ántara Jr., el brasileño a cargo del desarrollo industrial en el país.
La subsidiaria local, que cerró el año pasado con ventas por 34 millones de pesos, posee 30% del negocio, según el directivo. Un paso más adelante está Optel. Esta empresa, del grupo chileno Madeco, era hasta ahora la única que producía cables de fibra óptica, en la localidad bonaerense de San Martín.
La planta de Furukawa se abrirá en abril y tendrá una capacidad inicial de 200.000 kilómetros de fibra, un poco más que el mercado total argentino, de 180.000 kilómetros. Desde Berazategui abastecerá también a Chile, Uruguay y Paraguay, entre otros destinos. La base regional del grupo, que a nivel mundial vende por US$ 10.000 millones, seguirá en Brasil. «Tenemos lugar para dos líneas más en el predio», sostiene Alc»ántara, que ya piensa en una expansión.
El ejecutivo brasileño cuenta que los japoneses tienen sus tiempos para decidir inversiones y no las anuncian hasta que no está la producción en marcha. De hecho, las restricciones energéticas afectaron los plazos del proyecto, un problema que se despejó tras cerrar un acuerdo de provisión con Edesur.