El argentino Daniel Scioli, con su lancha La Gran Argentina Junior, se adjudicó el Campeonato Mundial de offshore de la Clase III-6 litros, que finalizó ayer en las aguas del Río de la Plata.
En la tercera y última carrera del torneo, el vencedor fue el finlandés Bo Warelius, con su catamarán Esso Ultron. Pero Scioli se clasificó segundo, lo que le permitió acumular los puntos suficientes para ganar el certamen.
Tras haber retirado del agua su embarcación, junto con su copiloto José Bordas, Scioli aseguró: «No podría haber tenido una mejor despedida. Habíamos soñado con obtener este mundial, porque quería cerrar mi trayectoria corriendo en mi país y logrando un triunfo internacional».
Scioli, de 40 años, empezó su carrera en 1986, en Mar del Plata, y tres años después perdió su brazo derecho en los 1000 kilómetros del Delta. Luego del accidente, regresó en 1990, en la carrera Venecia-Montecarlo, y desde entonces, siempre fue protagonista de las principales competencias de offshore en el mundo.
«La lancha finlandesa era netamente superior a la nuestra -reconoció Scioli-, pero quedó demostrado, una vez más, que las regatas no las gana la lancha más poderosa sino la que navega en forma regular y en función de equipo.»
Mientras caminaba por el parque cerrado que se instaló en la Dársena Norte del puerto de Buenos Aires, Scioli comentó: «Si perdíamos la primera carrera se hubiera complicado lograr el primer lugar, porque Warelius no hubiera salido a ganar en la segunda y exigido tanto a sus dos motores hasta romperlos». Y redondeó el concepto: «Un Mundial debe correrse como nosotros lo hicimos durante la competencia: cuando se presenta la oportunidad de sacar alguna ventaja no hay que dejarla escapar. Y nosotros la aprovechamos».
En cuanto a su futuro inmediato, ahora comprometido con la política, Scioli explicó: «En enero, en Mar del Plata, participaré en alguna carrera, pero será a modo recreativo». Y de su pasado, afirmó: «Sólo yo sé todos los problemas que debí superar para salir adelante».
Después de once años dedicados a la motonáutica, a Daniel Scioli le llegó la hora del adiós.
Martín Villasante
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