En Mendoza, sus 25 empleados trabajan para colocar el modelo Puelche en países como Venezuela, Brasil y México
Operarios trabajando en los talleres de Laviasa
Latinoamericana de Aviación SA (Laviasa), una fábrica de aviones de Mendoza, está en la vidriera. Desde que el gobernador provincial, Julio Cobos, asumió personalmente las gestiones para vender hasta 50 unidades de su modelo Puelche al Estado venezolano, el teléfono de la planta no para de sonar. Algunos quieren saber cómo sobrevive una industria de este tipo en la Argentina. Otros llaman para proponer ideas y negocios. Y hasta el gobierno federal se mostró interesado en las operaciones de la compañía, cuya sede está en las inmediaciones del aeropuerto El Plumerillo.
Pero los dueños y operarios prefieren el bajo perfil. Es que Laviasa existe desde 1998, y logró superar la recesión económica de fines de los 90 y el estallido socioeconómico de principios de esta década. Durante ese tiempo, vendió 13 aparatos, uno de ellos en el competitivo mercado de Brasil, acaso la única potencia aeronáutica de la región. Ahora, la firma espera aumentar la producción y abrirse un espacio en los nichos de mercado detectados en México, Bolivia, España, Portugal, Marruecos y algunas naciones de Europa Central.
Laviasa surgió cuando un grupo de empresarios mendocinos le compró a la firma estadounidense New Piper Aircraft todos los derechos (técnicamente, los certificados de tipo) para fabricar el modelo PA25 Pawnee, que fue rebautizado Puelche, en homenaje a uno de los pueblos originarios de la provincia. El Puelche es un avión monoplaza aeroaplicador para uso agrícola, uno de los más exitosos que se hayan construido para ese fin: New Piper vendió 5000 unidades en más de 40 países, de las cuales alrededor de 3000 siguen volando. Por eso, Laviasa también exporta repuestos (vendió a Australia, Belice, Canadá y Chile, entre otros países) y actualizaciones de la documentación (manuales de instrucciones y boletines de servicio, por ejemplo).
Entre las principales ventajas competitivas del PA25 Puelche se destaca el precio (US$ 150.000 promedio por unidad), entre 40 y 60 por ciento más barato que la competencia (el Ipanema brasileño y el Gippsland Aeronautics GA200 australiano). Además, los bajos costos operativos y de mantenimiento, y su pilotaje sencillo, completan la oferta. El aparato se utiliza para sembrar, fumigar, combatir incendios y remolcar planeadores, entre otros usos.
De los nichos detectados, tres centran la mayor atención de la compañía: Brasil (que ya tiene una flota de 1200 aeroaplicadores), México (donde hay 500 Pawnee fabricados en Estados Unidos) , y Venezuela, que podría comprar entre 30 y 50 Puelches y estaría interesada en un contrato de transferencia de tecnología. De concretarse, este último acuerdo facilitaría la fabricación del avión en el país caribeño; a cambio, Laviasa recibiría un canon por el uso de la licencia y un porcentaje por cada aparato construido y vendido.
Mientras se definen estos negocios, en la planta industrial de la empresa trabajan 25 personas. «La gran mayoría de los operarios son jóvenes de entre 19 y 23 años, egresados de la Escuela Técnica de la IV Brigada Aérea asentada en Mendoza», dijo a LA NACION el brigadier (R) Roberto Engroba, director del proyecto. Engroba conoce el sector: entre 1985 y 1989 dirigió la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, actualmente dedicada sólo al mantenimiento de algunos aparatos de la Fuerza Aérea.
Salvo el motor y las hélices, todas las partes del Puelche son fabricadas en el país. Para eso, Laviasa desarrolló proveedores en localidades como El Palomar y Venado Tuerto. Ahora, la firma prevé mejorar las prestaciones del avión, utilizando un nuevo motor -que sería de origen francés o brasileño- y completar la ingeniería de una nueva versión biplaza destinada a las escuelas de aviación agrícola, e «incluso como entrenador básico de pilotos para países con un menor desarrollo que el nuestro», afirmó Engroba.
Por José Crettaz
De la Redacción de LA NACION
Fotos: Los Andes y Laviasa
Industria pionera
Tres proyectos para modernizar el Puelche
El avión aeroaplicador PA-25 Puelche, que Latinoamericana de Aviación SA (Laviasa) fabrica en Mendoza, se ofrece actualmente en dos versiones de potencia de motor, 235HP –con hélice de paso fijo– y 260HP –con hélice de paso fijo o variable–. Respecto de la versión Pawnee que construía New Piper, el Puelche tiene algunas mejoras tecnológicas y aerodinámicas. Por ejemplo, el Pawnee tenía alas de tipo redondo y en el Puelche, en cambio, son de tipo “gabiota”, con cierta caída hacia el suelo.
Ahora, con vistas a ampliar su presencia en el mercado internacional, Lavisa trabaja en tres proyectos de modernización del Puelche:
1.- Performance operativa. “Tenemos desarrollada y certificada una tolva –depósito del producto agroquímico– un 40% más grande y un tanque de combustible un 20% mayor. Esto le dará mayor capacidad y autonomía, y mejorará las condiciones operativas y aerodinámicas”, contó el brigadier (R) Roberto Engroba, director de Laviasa.
2.- Remotorización. “Estamos en tratativas para reemplazar el conjunto de motor y hélices que tiene actualmente, de origen norteamericano; y manejamos dos posibilidades, por un lado, utilizar un kit fabricado por la empresa brasileña Neiva que permite adaptar el motor para que funcione con alcohol; y por otro lado, dos motores europeos de ciclo diesel de Jet A1 (combustible habitual en la aviación), que es un 50% más barato que la Aeronafta 100-130 que utilizan nuestros aviones”, contó Engroba.
3.- Modelo biplaza. Además, la empresa busca completar el desarrollo de un modelo biplaza destinado a las escuelas de aviación agrícola y como avión de entrenamiento de pilotos.
Entusiasmado, Engroba también contó que hace unos días el área de investigación aplicada del Instituto Universitario Aeronáutico (IUA) se ofreció para cooperar con la empresa en el desarrollo de ingeniería. Y del gobierno de Mendoza, Laviasa también espera la agilización del trámite de un préstamo del Fondo para la Transformación y el Crecimiento –un fondo provincial que ofrece créditos especiales para el desarrollo productivo de la provincia. “La exportación del Puelche a Brasil ratificó la condición competitiva de nuestro producto porque exportar aviones a ese mercado es como venderle naranjas a Paraguay o bananas a Ecuador”, afirmó Engroba. De hecho, la demanda brasileña es tan interesante, que Laviasa está evaluando la instalación de una representación permanente (que podría ser en Mato Grosso, San Pablo o Porto Alegre).
En los últimos años, la industria aeronáutica sobrevivió sobre la base de pequeños emprendimientos civiles que no lograron sortear las crisis económicas.
- En 1947, con el Pulqui I, la Argentina fue el sexto país en construir un avión de reacción con tecnología propia. Luego llegarían el Pucará y el Pampa.
- En 1927 se creó en Córdoba la Fábrica Militar de Aviones, donde se construyeron aparatos hasta los años 80.
- En 1912, junto con el nacimiento de la aviación militar, la Argentina empezó a producir y exportar aeroplanos al Uruguay.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=831120