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Un grupo internacional de científicos , entre ellos un Argentino, identifican circuitos del lenguaje

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Un grupo internacional de científicos , entre ellos un Argentino, identifican circuitos del lenguaje

Posted on 24 abril 2011 by hj

Hallan que, cuando se procesan conceptos, uno de los hemisferios actuaría como una especie de backup del otro

Nora Bär
LA NACION
Seguramente, una de las capacidades más fascinantes del cerebro humano es construir conceptos. Es lo que nos permite comprender que tanto el ovejero como el cocker spaniel o el caniche son todos «perros», o que no importa si es ancha o fina, de madera, de caucho o de metal, una rueda siempre es una rueda.
Hace 25 o 30 años, se creía que, dado que esta facultad es tan vital para nuestra supervivencia, debía involucrar al cerebro en su totalidad y no a una arquitectura neural específica. Pero un trabajo que acaba de publicar la revista Brain demuestra lo contrario y prueba que, a pesar de que tradicionalmente se vincula el lenguaje con áreas del lóbulo temporal izquierdo, en el procesamiento de los conceptos participan regiones de ambos hemisferios, y una actúa como una suerte de backup de la otra.
Todo esto surge de un trabajo de investigación en pacientes con una forma de demencia que los científicos conocen como «semántica», un trastorno neurodegenerativo caracterizado por la pérdida gradual de un tipo de memoria que impide entender palabras, y asociar fotografías u objetos semánticamente relacionados.
Estudios de las últimas dos décadas habían mostrado que quienes padecen este tipo de demencia, frecuentemente confundida con el mal de Alzheimer, presentan atrofia de los lóbulos temporales del cerebro. Precisamente, en el trabajo que acaba de publicarse, el director del Instituto de Neurociencias Cognitivas y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, Facundo Manes, el profesor Matthew Lambon Ralph, director de la Unidad de Neurociencias e Investigación en Afasia de la Facultad de Psicología de la Universidad de Manchester, y las doctoras Karalyn Patterson, de la Universidad de Cambridge, y Lisa Cipolotti, de la de Palermo, Italia, pudieron determinar que para que se manifiesten los síntomas característicos es necesario que estén dañados ambos lóbulos.
«¿Cuál es la capital de Francia? ¿Para qué sirve un lápiz? ¿Qué tienen en común un canario y una gaviota? Preguntas como éstas requieren un tipo de información que se caracteriza por no estar asociada con un tiempo y un espacio en particular: la memoria semántica -dice Manes-. Los pacientes con demencia semántica suelen tener atrofia en regiones particulares de los lóbulos temporales a ambos lados del cerebro. Por esto mismo, constituye una patología modelo para estudiar las redes que alimentan una función central para nuestra vida cotidiana. En este estudio, analizamos a 20 pacientes que tenían daño en un solo lado del cerebro y encontramos que esta memoria estaba conservada en todos, lo que sugiere que las alteraciones graves sólo se expresan cuando se ven afectadas las redes tanto izquierdas como derechas.»
Sonido y significado
En un artículo publicado anteriormente por la Revista Argentina de Neuropsicología , Patterson presenta algunos ejemplos que pueden dar una idea de lo que les sucede a las personas que padecen este trastorno.
En uno, cuando se le pregunta a un paciente qué tipo de trabajo hizo, no puede verbalizar que era contador. En lugar de eso dice: «Me gusta hacerlo; diez, por veinte, por cincuenta». En otro, se le muestran imágenes de un cerdo, una cabra y una oveja, pero siempre responde «perro».
Según Lambon Ralph, está muy bien establecido que las regiones del cerebro izquierdo son más importantes que las del derecho para el lenguaje. «Es probablemente por esto por lo que quienes sufren déficit crónico después de un stroke [accidente cerebrovascular] son los que tienen daño en el hemisferio izquierdo -aclara-. Sin embarto, esto no quiere decir que sólo esas regiones contribuyan al lenguaje. Con la llegada de las neuroimágenes funcionales quedó en claro que intervienen ambos lados, aunque el izquierdo es más importante.»
Otro de los aspectos que ilustra este trabajo es que existen redes neuronales diferentes para procesar el sonido y el significado/concepto de las palabras.
«La codificación de la estructura de sonido de las palabras la realizan regiones diferentes de las que intervienen en los significados o conceptos -dice el científico-. Uno encuentra pacientes que tienen problemas con uno y no con los otros, dependiendo de la ubicación de su daño cerebral. Por supuesto, la función del lenguaje requiere de ambas regiones. Por ejemplo, para hablar, empezamos con el significado y luego el cerebro tiene que traducir esto en estructuras de sonido articuladas. Después, el oyente tiene que convertir estos datos acústicos en significado.»
Centro de distribución
Para los investigadores, pareciera que los conceptos están codificados por una red de regiones de la corteza cerebral coordinadas por un «centro distribuidor» ( hub , en inglés), radicado en el lóbulo temporal anterior. Cada una de esas regiones tiene millones de neuronas que trabajan juntas para codificar y reactivar cada concepto cuando lo necesitamos; es decir, para entender, hablar y comunicarnos.
«Nuestra hipótesis es que las regiones derechas e izquierdas trabajan en conjunto para dar respaldo a la información conceptual -dice Lambon Ralph-. Podría entenderse como que las regiones de un hemisferio actúan de backup del otro , del mismo modo que en un disco de computadora; o como [si el cerebro fuera] un vehículo híbrido (con diferentes tipos de fuentes de energía). En ambos casos, la doble memoria/motor le ofrece al sistema una capacidad de procesamiento redundante. Puede trabajar más duramente (por ejemplo, en conceptos difíciles o en información que es presentada rápidamente) y también tiene capacidad extra para el caso de que uno de los lóbulos se dañe, porque todavía tendrá suficiente capacidad en el otro para mantener un nivel básico de comprensión. La naturaleza hizo un buen diseño, porque entender el mundo que nos rodea y ser capaces de comunicarnos es una facultad crucial para nuestras vidas.»

Fuente : La Nacion

http://www.lanacion.com.ar/1363755-identifican-circuitos-del-lenguaje

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En Argentina ya monitorean el corazón vía satélite?

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En Argentina ya monitorean el corazón vía satélite?

Posted on 02 abril 2010 by hj

Telemedicina: Un centro controla marcapasos a distancia las 24 horas del día

Monitorean el corazón vía satélite

Galizio, en el centro de monitoreo remoto de la Fundación Favaloro Foto:LA NACION / Ricardo Pristupluk

Nora Bär
LA NACION

«Imagínese que el motor de su auto tiene incorporada una antena que mide todas sus funciones. Un buen día, mientras circula por un camino de tierra, alguien lo llama por celular y le dice: ?Buenas tardes, señor, queremos avisarle que dentro de los próximos 100 kilómetros su auto sufrirá un desperfecto en la bomba de agua?.»

Esta historia ficticia, teñida de un sabor futurista si se tienen en cuenta los avances en la industria automotriz, le sirve al doctor Néstor Galizio, director de la División de Electrofisiología del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, para ilustrar cómo funciona una nueva tecnología que permite monitorear a distancia, durante las 24 horas del día, a los pacientes que tienen implantado un marcapasos, un cardiodesfibrilador o un resincronizador cardíaco.

Si bien ya hay otros especialistas e instituciones que están implantando este sistema de monitoreo a distancia, la Fundación acaba de crear lo que sería el primer centro dedicado específicamente a brindar este servicio.

«Quisimos no solamente tener un centro que controla de 4500 a 5000 pacientes por año [en forma presencial], sino además ser los primeros en tener un centro de monitoreo remoto», dice Galizio, cuyo equipo implanta mensualmente cerca de 30 marcapasos y entre 10 y 12 cardiodesfibriladores y resincronizadores. Desde noviembre, los desfibriladores con posibilidad de ser monitoreados en forma remota se implantaron en más de una decena de pacientes.

En el mundo, donde esta tecnología comenzó a difundirse hace alrededor de una década, las cuatro mayores empresas de telecomunicaciones ya ofrecen el servicio de monitoreo remoto.

«En la Argentina -explica Galizio-, hasta ahora sólo una tiene una banda otorgada, pero las demás están tramitando su frecuencia. Calculo que entre este año y el próximo vamos a tener en el país la posibilidad de que todos los marcapasos, desfibriladores o resincronizadores que se usan para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca sean monitoreados de manera remota.»

Según explica el especialista, el monitoreo remoto ofrece incontables ventajas, como por ejemplo menor necesidad de ir hasta el consultorio médico para realizar controles, reducción en el traslado de pacientes, disminución de complicaciones y gastos sanatoriales y, especialmente, la detección temprana e incluso la anticipación de posibles problemas, tanto clínicos como de funcionamiento del propio dispositivo.

Una tecnología probada
«En el mundo ya hay 200.000 pacientes que utilizan este sistema -cuenta Galizio-. Hay un gran estudio que demostró en más de 86.000 pacientes que el monitoreo remoto mejora las chances de predecir empeoramiento de la insuficiencia cardíaca y problemas técnicos en forma muy satisfactoria. De hecho, en los Estados Unidos el 50% de las indicaciones recomiendan este sistema de monitoreo a distancia.»

Como todavía no existe una reglamentación que establezca quiénes deberían hacerse cargo de los costos vinculados con la implantación y operación de este sistema, en este momento la Fundación Favaloro lo está utilizando de manera gratuita.

«Aún no establecimos un sistema de reembolso, de modo que durante estos meses, y por un convenio con la institución que nos provee los dispositivos, lo hacemos gratuitamente, sin cargárselo al paciente, ni a la prepaga ni a la obra social, hasta que podamos demostrar sus beneficios con una masa crítica de pacientes», dice Galizio.

Los marcapasos y desfibriladores cardíacos son dispositivos que envían impulsos eléctricos al corazón para que mantenga su ritmo normal. «Los implantamos tanto en chiquitos que nacen con bloqueos congénitos y en niños de menos de cuatro años, hasta en personas de todas las edades», detalla Galizio.

Por eso, entre sus planes, figura la posibilidad de que este nuevo centro brinde servicios a especialistas del interior y de países vecinos cuyos pacientes tengan estos dispositivos implantados.

«La evolución de la estimulación cardíaca ha sido enorme: hace veinte años, cuando controlábamos un marcapasos, no podíamos programarlo. Después, se podían programar dos funciones, pero no podíamos recibir la información del dispositivo. Más tarde vinieron los marcapasos multiprogramables, podíamos programarlos y transmitirles información. Y ahora tenemos marcapasos con algoritmos que detectan arritmias, cambios en la función del corazón, si hay insuficiencia cardíaca o no, desfibriladores, resincronizadores… y van desapareciendo las generaciones más viejas. Seguramente en unos años esto que estamos presentando como una gran novedad será la tecnología de rutina», sugiere.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1249721

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Ahora en Argentina, operan de reflujo gástrico sin hacer incisiones

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Ahora en Argentina, operan de reflujo gástrico sin hacer incisiones

Posted on 15 febrero 2010 by hj

Una horrible sensación de ardor en el esófago, de que la comida sube por la garganta… A este síntoma que se conoce como acidez estomacal los médicos lo llaman reflujo gastroesofágico. Según un estudio, el problema afecta al 23% de los argentinos mayores de 18 años. Afortunadamente, se trata con fármacos que tienen más de un 90% de eficacia, pero la terapia es de por vida.

Foto:http://www.noticiasyprotagonistas.com

Otra opción es la cirugía laparoscópica, aunque no todos los pacientes y médicos están a su favor.

En los últimos años se desarrolló una cirugía menos invasiva que la laparoscópica para los pacientes con reflujo gastroesofágico: se llama funduplicatura transoral, y no requiere incisiones porque se opera a través de la boca del paciente. Se realiza con anestesia general, pero el posoperatorio es mínimo: los pacientes vuelven a su casa al día siguiente de la intervención sin más cuidados que evitar los esfuerzos y respetando una dieta blanda durante unas semanas.

Cómo es la técnica

«A través de un fibroscopio o endoscopio -como los que se usan para hacer los estudios de esófago- se llega al interior del estómago, y con instrumentos especiales se hace una tracción hacia la parte inferior del estómago (la unión esófago-gástrica). Esto permite construir una válvula que evita el paso del contenido del estómago al esófago», explicó el especialista Alejandro Nieponice, director del Programa de Invasión Mínima Esófago-Gástrica de la Fundación Favaloro.

Niepomice y su equipo realizaron recientemente la primera funduplicatura transoral en la Argentina. El paciente, de 36 años, evolucionó favorablemente después de la operación, que le permitió abandonar los fármacos que tomaba diariamente para controlar la acidez. «A las 9 entré al quirófano y salí a las 13. A las 4 de la tarde del día siguiente ya estaba en casa», recordó Diego Lanci, el primer paciente tratado en el país con la nueva técnica. Esta comenzó a usarse hace dos años y aún es considerada un tratamiento experimental. «La cirugía es espectacular, porque vivir toda la vida con acidez o tomando remedios para evitarla es terrorífico», expresó Lanci.

«La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce por el paso del contenido del estómago al esófago. Habitualmente, en la unión esófago-estómago hay una válvula que, si es incompetente por distintas circunstancias, permite el paso del contenido del estómago y/o el duodeno al esófago, que no está habituado al contacto con ácidos o con alcales y por eso se lesiona. El paciente experimenta acidez o la sensación de regurgitación», precisó el médico Adolfo Badaloni, director del Programa de Cirugía Esófago-Gástrica de la Fundación Favaloro.

«Entre el 20 y el 23% de los pacientes requiere en algún momento de la evolución del problema una cirugía. El resto se puede manejar con medicamentos, como los inhibidores de la bomba de protones», especificó Badaloni.

Quiénes se benefician

Hay pacientes que tienen un reflujo importante. «Ese grupo es el que se beneficiaría con la nueva cirugía endoscópica», enfatizó.

«El paciente más adecuado para este nuevo tratamiento es el que depende de la medicación para no tener los síntomas», dijo Blair Jobe, profesor de cirugía de la Universidad de Pittsburgh, EE.UU., uno de los que desarrolló la nueva cirugía, y que recientemente visitó la Argentina para participar de la puesta a punto en nuestro país.

«La operación les da mejor calidad de vida, se evita la medicación diaria», dijo Nieponice.

Luego destacó los beneficios de la nueva técnica: el posoperatorio es muy liviano y la recuperación muy rápida, porque no se efectúan incisiones. «Esto también tiene beneficios cosméticos, sobre todo en pacientes jóvenes», remarcó el especialista.

http://www.titularesonline.com.ar/default.asp?pagina=titulares/nota42.asp

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Hallazgo de científicos Argentinos :Prueban que en estado vegetativo pueden conservarse los ritmos biológicos

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Hallazgo de científicos Argentinos :Prueban que en estado vegetativo pueden conservarse los ritmos biológicos

Posted on 26 enero 2010 by hj

Algo de luz para el misterio de la vida vegetativa

Foto: http://www.bbc.co.uk/

Nora Bär
LA NACION

Desde que, en 1972, Bryan Jennett y Fred Plum publicaron en The Lancet el trabajo «Un síndrome en busca de nombre» y acuñaron el término «estado vegetativo», los descubrimientos sobre esa zona gris que se extiende entre el estado de coma y la vida consciente no hicieron más que ofrecer una imagen que se hace cada vez más compleja.

Hoy se sabe que con estos pacientes no sólo se cometió un grueso error lingüístico (no son «vegetales»), sino que, aun sin signos evidentes de conciencia ni posibilidades de interactuar con los demás o de reaccionar frente a los estímulos, en algunos casos pueden ser capaces de procesar palabras, responder a órdenes rudimentarias, imaginar y hasta, como se mostró recientemente, aprender.

Ahora, un trabajo de investigadores argentinos que publica Brain Injury agrega otra pieza más al puzzle. Los científicos prueban que estos pacientes pueden conservar un importante indicador fisiológico: sus ritmos circadianos. «Cuando [hace más de una década] se reunió un importante grupo de neurólogos que definió qué era el estado vegetativo, puntualizaron que incluía a pacientes que tenían preservados los ciclos de sueño y vigilia, pero sin conciencia ?explica Tristán Beckinschtein, del Instituto de Neurociencias Cognitivas (Ineco) y de la Universidad de Cambridge, primer autor del paper que también firman Diego Golombek y Sergio Simonetta, de la Universidad de Quilmes; Facundo Manes, director de Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y Martin Coleman, de Cambridge?. Por extensión, se supuso que conservaban sus ritmos circadianos. Sin embargo, ¿por qué se dio por sentado eso si no se midió? Saber si esos pacientes pueden regular su fisiología no es un detalle trivial…»

Según explica el científico, generalmente la comprobación de si en esas condiciones se mantienen los ciclos de sueño y vigilia depende de la enfermera: «En general, lo que hace es fijarse si el paciente tiene los ojos abiertos o cerrados, pero eso indica meramente capacidad de abrir o cerrar los ojos. Ayuda a verificar que la persona no está en coma, pero no prueba que hay ciclos preservados», subraya.

Para obtener una prueba más objetiva y desarrollar criterios diagnósticos sólidos que ayuden a distinguir entre estado vegetativo y de «mínima conciencia» (existen indicios claros de que hay conciencia del entorno), los investigadores decidieron utilizar un parámetro «increíblemente fácil de medir»: la temperatura corporal.

«Hasta ahora había algunos intentos de registrar ritmos a partir de los niveles de melatonina en la sangre ?cuenta Diego Golombek?. Sin embargo, es un método más invasivo; entonces decidimos hacerlo más fácil, con un sensor que se pone sobre la piel. Como detalle anecdótico, los que usamos son del tipo de los que se emplean para registrar la temperatura de los cargamentos de comida que atraviesan el Atlántico.»

La temperatura es una de las variables que se utilizan para determinar si está funcionando el reloj biológico. Es un indicador especialmente útil en el caso de personas que no «hacen» nada, porque si uno sale a correr o realiza diferentes actividades ésta generalmente varía.

De modo que los científicos decidieron tomarles la temperatura a los pacientes en forma continuada durante 14 días. Y descubrieron que las diferencias podían ser notorias.

«De las cinco personas que estudiamos, dos tenían ritmos realmente robustos, que no podían diferenciarse de los una persona normal», dice Golombek.

Las diferencias de temperatura corporal cambian mucho de persona a persona. «Lo importante, más que las variaciones del termómetro, es que éstas sean sistemáticas. Es lo que indica que el sistema funciona ?afirma Beckinschtein?. En nuestro trabajo vimos que los que conservaban ritmos circadianos robustos se encontraban en estado vegetativo por traumatismo de cráneo. Algo que tiene sentido, porque cuando a uno se le para el corazón, la muerte neuronal se produce «de adentro para afuera».»

Diagnóstico y pronóstico

De los resultados de este experimento piloto pueden sacarse varias conclusiones. Una de ellas es que el cerebro aparentemente puede hacer muchas más cosas de manera automática de lo que se pensaba.

Por otro lado, aunque se requiere seguir estudiando un mayor número de casos, este hallazgo podría tener valor pronóstico: «Que el cuerpo pueda responder o conserve sus sistemas fisiológicos significa que una zona del cerebro mantiene sus funciones, y podría pensarse que existen mayores perspectivas de que la consciencia se rehabilite ?agrega Beckinschtein?. Si uno no tiene ritmos para nada, es probable que la parte vieja esté bastante dañada e improbable que se recupere la otra [que está a cargo de las funciones cognitivas].»

Hallazgos como éstos ayudan a iluminar engranajes aún muy desconocidos del cerebro y plantean interrogantes todavía sin respuesta. Por ejemplo, qué tipo de representaciones neurales se dan durante el estado vegetativo.

«En principio, no hay consciencia del entorno ni de uno mismo ?dice Beckinschtein?. Desde el punto de vista cognitivo, para el cerebro el estado vegetativo sería comparable con lo que ocurre cuando está bajo los efectos de la anestesia.»

En los años 70, rara vez las personas que sufrían daño encefálico grave sobrevivían más de dos o tres semanas. Luego, todo comenzó a cambiar gracias a los avances tecnológicos que plantean, a su vez, nuevos desafíos y debates acerca de incógnitas como el tratamiento y la posibilidad de rehabilitación de este tipo de pacientes.

Aunque no hay datos locales, en los Estados Unidos se calcula que entre 112.000 y 180.000 adultos podrían encontrarse en estado de mínima conciencia y entre 10.000 y 25.000 en estado vegetativo persistente.

«Cada vez hay más personas en este estado ?concluye el investigador?, pero no contamos con criterios para saber qué hacer con ellos. Recién estamos empezando a explorar un nuevo campo de posibilidades. Tenemos que poder realizar diagnósticos más precisos, tal como ocurrió, por ejemplo, con la muerte cerebral, para la que hoy hay criterios claros. Y tenemos que aprender a «generar» conciencia.»

No hay duda de que éste y otros descubrimientos sobre el tema plantean tanto posibilidades terapéuticas como dilemas éticos y legales en torno de decisiones médicas y familiares que, por lo menos por ahora, no tienen respuesta clara.

Manes, que hace años publicó uno de los primeros estudios que mostraban una mínima activación cerebral en estos pacientes ante el estímulo de oír voces familiares, suele advertir que las investigaciones en este campo son alentadoras, pero preliminares. Para el especialista, el conocimiento de la conciencia es todavía rudimentario y no es prudente sacar conclusiones definitivas.

Protagonistas

TRISTAN BECKINSCHTEIN
Ineco y Universidad de Cambridge
«¿Por qué se dio por sentado que se conservaban los ciclos de sueño y vigilia? Saber si estos pacientes pueden regular su fisiología no es un detalle trivial»

DIEGO GOLMBEK
Universidad de Quilmes
«Esta es una medición muy certera, que puede ayudar a orientar el diagnóstico o sugerir una posible evolución del paciente. Ahora queremos medir el acceso a la conciencia a lo largo del día y ver si varía de acuerdo con los ritmos biológicos»

FACUNDO MANES
Ineco y Fundación Favaloro
Hace años publicó trabajos que mostraban activación cerebral en estado vegetativo ante el estímulo de voces familiares.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1226061

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En la Fundación Favaloro aplican técnicas de la actividad aeronáutica para mejorar la seguridad en quirófanos y otras áreas de internación?

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En la Fundación Favaloro aplican técnicas de la actividad aeronáutica para mejorar la seguridad en quirófanos y otras áreas de internación?

Posted on 09 julio 2009 by hj

Intentan disminuir el error médico

Intentan disminuir el error médico

 

Nora Bär LA NACION

Los miedos que atormentan a muchos pacientes -ser operado del miembro equivocado, recibir una dosis excesiva de anestesia o, sencillamente, un diagnóstico incorrecto- no son sólo fantasías que inspiran películas de terror. Dos estudios realizados en los Estados Unidos muestran que estos «eventos adversos» ocurren en más del 3% de las hospitalizaciones y que muchos de ellos derivan de errores médicos que podrían haber sido evitados.

Con este objetivo en la mira, la Fundación Favaloro es la primera institución local que pone en práctica un programa para mejorar la protección y seguridad de los pacientes adoptando técnicas de la actividad aeronáutica que ya se emplean en 80 hospitales norteamericanos.

El sistema, llamado Crew Resource Management o CRM, exige un cambio copernicano en la tradicional cultura hegemónica de la profesión médica; pasar de una óptica individualista al trabajo en equipo; de encubrir o negar los errores a reconocerlos, analizarlos y aprender de ellos; de basarse en las habilidades personales a sistematizar modos operativos que dejen muy poco librado al azar.

Ciento diez médicos, estudiantes avanzados de medicina, enfermeros, auxiliares, kinesiólogos, nutricionistas y hasta el propio presidente de la institución acaban de someterse a un taller de entrenamiento en esta técnica, dictado por instructores de vuelo y especialistas en seguridad aérea.

«La idea es generar estrategias para la prevención del error, porque éste no se puede eliminar, pero sí disminuir», explica el comandante Jorge Rivelli, que durante 26 años voló para Aerolíneas Argentinas y actualmente es capitán de un Airbus 319 e instructor de CRM.

«La medicina está hoy como la aviación de principios de los años ochenta -agrega el comandante Ernesto Langhoff, piloto jubilado, después de haber volado 31 años en Aerolíneas Argentinas y actualmente instructor de vuelo de una empresa canadiense-. Confiábamos en nuestros conocimientos y habilidades, y aun así seguíamos teniendo problemas y errores catastróficos. Entonces, apuntamos al factor humano. Antes, cada piloto hacía lo que creía mejor para cada situación. Hoy está todo pautado, hasta la jerga con la que nos comunicamos, para que todos podamos entendernos. Y nos dio resultado.»

En aviación, se calcula que hasta el 85% de los accidentes se producen por error humano, y que el 76% de esa cifra se debe a dejar de lado las normas y procedimientos. «No quiere decir que eso va a desembocar directamente en un accidente, sino que agregamos una causa más para que el accidente se produzca», explica Langhoff.

En el hospital de la Fundación Favaloro, la aplicación de estas técnicas empezarán por la terapia intensiva de adultos y los quirófanos. «Nuestro plan es que en el plazo de un año estén operativas en todas las áreas del hospital», subraya el doctor Gerardo Bozovich, director médico de la Fundación.

Según explican los pilotos, para aplicar las técnicas de CRM, el individuo no tiene que mejorar sus habilidades ni adquirir más conocimientos técnicos, sino lograr un cambio en su conducta personal y su filosofía de trabajo.

«A veces surge la duda de si esto no diluye la autoridad del médico -afirma el doctor Federico Klein, jefe de Terapia Intensiva y piloto de planeadores-. Pero hay una distinción muy significativa entre el liderazgo y el comando. En todo acto médico, hay alguien que está en comando de la situación. Pero si esa persona es un líder efectivo, debe escuchar a sus colaboradores. En la aviación, algo de esto se conoce como double challenge rule : dos veces te digo lo que estás haciendo mal, pero en la segunda estoy autorizado a actuar.»

Según Borzovsky, hay semejanzas sorprendentes entre la aviación y la medicina. «Queremos, por ejemplo, que un ayudante de cirugía o una enfermera no se sientan inhibidos para decir y actuar por temor a represalias -afirma-. Estamos procurando que estén autorizados a marcar errores cuando sea conveniente para la seguridad del paciente.»

En terapia intensiva, esto se tradujo en la aplicación de algunos procedimientos novedosos. «Hacemos básicamente lo mismo -dice Klein-, pero antes de empezar tenemos una reunión con enfermeros, auxiliares, ayudantes de servicio y, si están los administrativos, también. No lleva más de cinco o siete minutos, pero nos permite establecer la distribución de tareas. Es lo que en aviación se llama briefing o «charla prevuelo». Y cuando vemos a cada paciente, revisamos los electrocardiogramas, las radiografías de tórax; planteamos las distintas ideas, y luego de que todo eso terminó y de que teóricamente «cumplimos con los deberes», tomamos una lista de unos 35 puntos y chequeamos cada uno para no olvidar nada.»

Dijo Bozovich: «La clave es que se desarrollen paralelamente los mecanismos de detección de errores y de procedimientos correctivos no punitivos, para que nadie se sienta amenazado. Y este proceso no sólo es para nosotros, sino también para los pacientes».

Y concluye Klein: «Se trata de poder reconocer que la falibilidad es inherente a la actividad, pero a la vez encender la pasión por combatir las consecuencias». Transformación compartida

Estudios internacionales calculan que en la terapia intensiva se comete un error por hora. «En nuestra institución, las equivocaciones se cometen en general por falta de comunicación, no de conocimiento o tecnología», cuenta Bozovich. Y agrega: «Esto no es sólo para nosotros, sino también para los pacientes, que tendrán que acompañarnos en este proceso, y entender que una institución que reconoce tener errores, los registra y aprende de ellos es más segura que la que pretende no tenerlos».

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1140947

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Un programa de ejercicios físicos mejora la rehabilitación cardíaca?

Posted on 20 marzo 2009 by hj

Después de la cirugía – Se aplica en la Fundación Favaloro. Su objetivo es que los pacientes retomen su vida habitual; reduce el tabaquismo
 

A fines de enero, a Jorge Luis García, de 47 años, le colocaron tres bypasses cardíacos. Aunque ya tenía una gran carga genética -su padre también había sufrido del corazón-, a Jorge la afección se le adelantó entre 15 y 20 años porque fumaba unos 50 cigarrillos por día.
Desde entonces, cada viernes viaja desde la localidad bonaerense de Las Flores hasta la sede porteña del Centro de Vida de la Fundación Favaloro, donde realiza una hora de ejercicio físico moderado y supervisado por un médico que lo ayuda en su rehabilitación.
Pero Jorge no es la excepción. Todos los pacientes intervenidos en la fundación por alguna cardiopatía asisten al denominado Programa Educativo para la Prevención y la Rehabilitación que funciona en ese centro desde 2004. La doctora Soraya Kerbage, cardióloga y deportóloga, es la coordinadora de ese programa, una versión argentina de otro que se aplica en la Clínica de Cleveland, en los Estados Unidos.
«Es multidisciplinario y basado en la educación integral del paciente y de su familia, para mejorar su rehabilitación y promover la prevención cardiovascular secundaria -explicó Kerbage-. Acompañamos al paciente desde su internación hasta casi el primer mes de su posoperatorio. Le damos herramientas educativas, pautas nutricionales y le indicamos ejercicios de baja intensidad.»
El objetivo del programa es que, a corto plazo, el paciente pueda retomar su vida habitual y que, en el largo plazo, modifique sus factores de riesgo coronario para prevenir un nuevo problema cardíaco. «Este enfoque mejora la calidad de vida del paciente, que no se siente tan deprimido y retoma su vida social y laboral más rápidamente. Además, los planes de prevención secundaria reducen la mortalidad, porque es menos probable que el paciente repita el evento», aseguró.
El programa comienza con la internación y finaliza un mes después de la intervención. En una primera etapa, que finalizará con el alta médica, el paciente permanece internado: se le explica en qué consiste el programa y cómo controlar sus factores de riesgo, y comienza a hacer ejercicios de muy baja intensidad (movimientos de piernas y breves caminatas), a la vez que aprende a identificar los síntomas de su cardiopatía.
La segunda etapa comienza a las dos o tres semanas de la cirugía, según la evolución individual. El paciente asiste a cuatro sesiones mensuales de una hora de duración en el Centro de Vida. «Hace ejercicios de baja intensidad, principalmente de piernas, para que pueda moverse con independencia», explicó Kerbage.
Todos los ejercicios están supervisados por un médico especializado, que «también le da «tarea para el hogar»». En la última sesión, el paciente empieza con el ejercicio aeróbico en una bicicleta fija.
Se estima que un 20 por ciento abandona en esa etapa del programa, en general debido a la distancia que debe recorrer desde su domicilio, ya que un tercio vive en el interior.
Pero un seguimiento telefónico de todos los participantes permitió comprobar que en 12 meses se habían reducido el tabaquismo (del 20 al 2%) y el sedentarismo (del 96 al 18%).
Tras ese primer mes de actividad física progresiva, el paciente puede optar por ingresar en un programa de rehabilitación específica sin límite de tiempo, en el Centro de Vida, dos o tres veces por semana. Además, «si fuma, va al programa de tabaquismo; si es diabético sin buen control glucémico, al diabetólogo; si no hace actividad física, lo ayudamos a hacerla de forma segura», detalló.
Rutina necesaria
Toda persona que ha sufrido un problema cardiovascular, comentó la especialista, necesita hacer una rutina física supervisada durante un período mínimo de 3 meses.
Sin embargo, aclaró que de nada servirá eso si no se controla la alimentación y se deja de fumar. «El efecto del ejercicio sobre la evolución de la enfermedad es positivo porque corrige otros factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes», aseguró Kerbage.
A los pacientes que no optan por esa tercera etapa, se les indica continuar con caminatas diarias de 30 minutos, a entre 4 y 5 km por hora. Si quieren iniciar otro tipo de actividad, se les recomienda hablar con el cardiólogo para diseñar un plan individualizado de actividad que tenga en cuenta la edad, las limitaciones osteoarticulares y el estado físico.
«El paciente operado tiene mayor percepción de enfermedad que aquel al que se le hizo un angioplastia», dijo Kerbage, por lo que la mayoría de los pacientes dejan de fumar, hacen ejercicio y comen saludablemente.
El doctor Jorge Lerman, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Clínicas, coincidió con Kerbage. «Hay personas cuya psicología sufre un cambio radical tras pasar por una unidad coronaria y comienzan a cuidarse -indicó-. La cirugía cardíaca es conmocionante para el paciente.»
Aunque las mujeres cuidan más la salud que los hombres, el cardiólogo sostuvo que ellas suelen subestimar la gravedad de las cardiopatías porque las padecen con menos frecuencia. Esta percepción errónea hace que sean las principales desertoras del programa de la Fundación Favaloro.
Para el doctor Alfredo Lozada, especialista en medicina interna de Fleni y del Hospital Universitario Austral, la educación del paciente es el factor determinante para el cuidado de su salud. «Todo depende de la información que reciba», aseguró el experto.
Y la doctora Kerbage concluyó: «Todavía no tenemos conciencia de que si no educamos en salud, no vamos a mejorar nunca los indicadores».
Julia Raggio

Posoperatorio

  • El paciente operado debe pararse y sentarse con cuidado para evitar que se le abra la herida (el esternón demora entre 45 y 60 días en soldarse).

  • Durante el posoperatorio no debe levantar objetos pesados ni empujar muebles pesados en el hogar. Hasta la tercera semana, necesita ayuda para moverse y sólo podrá hacer tareas pesadas a partir del tercer mes.

  • Es fundamental comer bien para tener fuerza muscular; tomar los remedios según lo indicado, y concurrir al hospital en el que se realizó la cirugía, ante cualquier señal de alarma.

 

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1107168

 

 

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