La ilustración científica es una disciplina en la que el arte y la ciencia se funden. Dos Ilustradores Científicos argentinos cuentan de qué se trata y cómo se desarrolla en el país.
Por Natalia Szydlowski | Toma Mate y Avivate
Vocación, destreza y amor a la ciencia es lo que asemeja a Manuel Sosa y Diego Barletta, ambos Ilustradores Científicos argentinos. “La ilustración científica es una combinación de técnicas gráficas y criterio científico, en donde se deja de lado el discurso estético del arte, sintetizando la información que se tiene que transmitir, para que sea interpretada por otros investigadores y público en general”, explica Manuel.
Esta disciplina está más desarrollada en donde se necesita definir y aclarar conceptos, como también dar una referencia de lo descripto en el cuerpo del texto, por ejemplo: si tenemos una definición escrita del término “célula”, el tener la imagen permitirá una mejor comprensión.
Origen
Las primeras representaciones se pueden encontrar de hace mucho tiempo en las pinturas rupestres (dibujos sobre rocas), que consistía en una práctica mágica-religiosa, cuyo fin era propiciar la caza. Así, el dibujo resultó una herramienta esencial en el conocimiento.
Luego, pueden hallarse antecedentes en la Edad Media, mientras que en el Renacimiento se destacó el maestro Leonardo Da Vinci, quien exploraba el sistema de vuelo de los pájaros y el mecanismo de otras anatomías.
Con el descubrimiento y la conquista del Nuevo Mundo, los naturalistas fueron de a poco “documentando el mundo” y principalmente creando atlas de anatomía humana.
Inicios en Argentina
El surgimiento de la ilustración científica en la Argentina vino de mano de la creación de las grandes instituciones científicas del país como el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el Museo de La Plata, la Academia Nacional de Ciencias y el Instituto Miguel Lillo de Tucumán.
Los primeros ilustradores que trabajaron en la Argentina fueron europeos, entre ellos algunos naturalistas de renombre como Alcide D´orbigni o Karl Burmeister. Su misión fue la de satisfacer las demandas del espíritu enciclopedista de la época y documentar la «historia natural» de un país casi desconocido: su flora y fauna, la geografía, la etnografía y otras ciencias en pleno desarrollo. “Lamentablemente el rastro se pierde muy pronto, y los nombres de los profesionales que se formaron con ellos y sus sucesores se desconoce al no haber ninguna revisión histórica de esta disciplina en nuestro país.”, explica Manuel.
Diferentes técnicas
“La técnica que más me gusta es el punteado”, cuenta Diego. Hace mucho tiempo que no la practica porque requiere demasiado tiempo y paciencia, sumado a que no se puede realizar más de media hora seguida por el cansancio que produce en la vista. Asimismo, el raspado también da resultados estéticamente muy bellos. En resumen, la elección de la técnica se selecciona de acuerdo al objeto a ilustrar, “cada una funciona mejor con cosas distintas.”, concluye el mismo Ilustrador. Por otro lado, Manuel utiliza sombreados de grafito o tinta y si se trata de color usa por lo general acuarelas, todo combinado con técnicas digitales (Photoshop – Corel, etc.) para realizar los detalles finales.
Triada: dibujo, fotografía, PC.
Para estos dos ilustradores, la “pelea” entre dibujo a mano, fotografía y computadora, no existe, es falsa. Manejar un lápiz no es más o menos difícil que manejar una computadora. “Para mí es otra herramienta, con sus ventajas y desventajas. Es distinto, claro, pero está muy extendida la idea de que dibujar por computadora es más sencillo, como si la máquina hiciera el trabajo por vos”, dice Diego. Cuando el dibujo que se necesita realizar debe ser realista, se parte de fotografías o dibujos tomados a través de material óptico (lupas y microscopios) y/o imágenes obtenidas por ejemplo a través de microscopios electrónicos de barrido o transmisión. Sobre esta información se plantean bocetos de las vistas y a partir de ellos se define lo que se desea mostrar y lo que no.
“Personalmente aplico constantemente todos estos recursos en diferentes etapas de la ilustración, no solo para lograr resultados óptimos sino para acelerar los tiempos de trabajo, además desde hace unos años las editoriales solo reciben archivos de imagen y no los dibujos originales”, explica Manuel.
Disciplina en la Argentina
En este momento, la ilustración científica se desarrolla prácticamente en todo el país, llevada a cabo por dibujantes o investigadores. Salvando ciertos institutos, en Buenos Aires, La Plata, Córdoba y Tucumán esta actividad se desarrolla por fuera de la institución y de forma independiente (por parte de los ilustradores) o como una tarea más dentro del proceso de investigación y publicación (por parte de los investigadores).
Para obtener los conocimientos técnicos y los criterios necesarios, la gran mayoría de los profesionales construye una mezcla diversa de saberes académicos y experiencia autodidacta.
Dónde estudiar
En La Plata es el único lugar en la Argentina donde se brindan cursos de ilustración científica: uno en el CEPAVE (Centro de Estudios Parasitológico y de Vectores) dictado por María C. Estivariz y otro en la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata por Alejandra Migoya, ambos de carácter introductorio y de duración semestral.
En otros países la disciplina se encuentra firmemente arraigada a las instituciones que dependen de la ilustración, existiendo departamentos de dibujo o audiovisuales donde se trabaja estrechamente con los investigadores y se desarrollan a la par nuevas técnicas y soluciones a las demandas de la ciencia moderna y la transmisión del conocimiento a la comunidad. Asimismo en numerosos países existen carreras de grado y cursos especializados de ilustración aplicada a la medicina y a las ciencias.
Más sobre los artistas
Manuel Sosa
Nació en 1986 en Córdoba Capital dentro de una familia de artistas. Siguiendo su vocación por las ciencias naturales estudió Geología en la universidad de Córdoba y después Paleontología en la Universidad de La Plata. Allí descubrió que existía una profesión que podía amalgamar sus habilidades artísticas con la curiosidad y el rigor científico. Comenzó como autodidacta, y luego se perfeccionó asistiendo al Curso de Introducción a la ilustración Científica dictado por María C. Estivariz y recibiendo el aporte constante de ella y otros profesionales del área. Luego, se especializó en Ilustración de Vertebrados, trabajando de forma independiente para investigadores y becarios del Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata y para otros científicos del país y el mundo.
Contacto: [email protected]
Blog: www.drawingfossils.wordpress.com
Diego Barletta
Nació en 1979 en la ciudad de La Plata. Estudió paleontología en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (UNLP) mientras desarrollaba paralelamente estudios artísticos en diversos cursos y talleres de ilustración artística y científica.
En 1991 comenzó una publicación de un cuadrito humorístico en la revista de la Sociedad Odontológica de La Plata (SOLP).
En 2006 escribió e ilustró Dinosaurios del Mundo. A partir de ahí hasta la fecha desarrolla trabajos como ilustrador freelance para distintas editoriales y particulares, no solo en ilustración científica sino también en género infantil y juvenil.
Contacto: [email protected]
Blog: http://diegobarletta.blogspot.com.ar/
Agradecemos a Diego Barletta y Manuel Sosa
Fuente: Toma Mate y Avivate
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