Enarsa y la CNEA realizan estudios para aprovechar un mercado mundial en donde la demanda de hidrógeno alcanza los 50 millones de toneladas al año
En ese sentido, el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable lanzó, con apoyo de Enarsa y de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, el proyecto de utilización en forma combinada con el GNC, como una forma de avanzar hacia un camino de transición tecnológica que daría otra vuelta de tuerca en el desarrollo alcanzado desde hace veinticinco años con ese combustible gaseoso que utilizan en sus motores 1.400.000 automóviles.
El titular del Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable, Daniel Pasquevich, explicó que China tiene en marcha en la actualidad un proyecto de reconversión de 20.000 ómnibus al uso de GNC e hidrógeno en forma combinada.
Los objetivos de trabajo trazados en ese instituto, dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), entidad que tiene una trayectoria de dos décadas en experimentaciones con hidrógeno, llevó a que hoy en día existan dos laboratorios que son el punto de partida de un plan de acción que apunta al desarrollo de una tecnología aplicada que no implique reconversiones en el parque de vehículos que usan GNC ni tampoco en los equipos de compresión de las 1.480 estaciones de servicio que expenden el carburante gaseoso.
Pasquevich hizo notar que frente a un mundo en donde el hidrógeno, en función de sus ventajas ambientales y sustentabilidad, será el combustible que ocupará el lugar de los fósiles, resulta conveniente alcanzar un estadio tecnológico previo basado en la disposición de un GNC con hidrógeno en una especie de blend combinado hasta en 20%, mezcla que ayudaría a sostener el liderazgo tecnológico que la Argentina mantiene en la utilización de ese carburante gaseoso.
En pos de ese objetivo, hoy existen dos laboratorios que funcionan en la Facultad de Ingeniería de la UBA y en el complejo Medrano de la Universidad Tecnológica Nacional, en donde en bancos de prueba se analizará la resistencia de materiales de los motores más aptos con el fin de poder pasar a vehículos y normativas de operación apropiadas al consumo de ese nuevo tipo de combustible que tendrá un componente fósil (GNC) y otro renovable, como es el hidrógeno.
En ese camino de trabajo e investigación se tendrá que dar una convergencia de empresas e instituciones que dará vida a una tecnología aplicada en la utilización de ese nuevo combustible.
Empresas
Entre las compañías privadas algunas ya emprendieron ese camino de renovación tecnológica; tal el caso de Tomasetto Achille, que tiene instalado en Beccar uno de los mayores bancos de prueba de motores del país que dirige Alberto Garibaldi.
El ingeniero Gregorio Kopyto, gerente de la Cámara Argentina del Gas Natural Comprimido, precisó que como el hidrógeno tiene potencialidad de difundirse en la estructura atómica del acero su utilización en índices mayores a 5% obligaría a diseñar aleaciones especiales que ya existen, pero también a modificar los motores actuales convertidos al consumo del GNC.
Siempre en pos del mundo tecnológico que se avecina y en una era que deje atrás a los combustibles fósiles, Kopyto afirmó que esa cámara ya avanzó en compenetrarse sobre la normativa que existe sobre el empleo del hidrógeno vehicular.
Por: Ernesto De Paola
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