Artículo publicado en http://www.clarin.com/diario/2007/11/03/sociedad/s-04815.htm
Se acerca el verano y la gente empieza a cuidarse más. Lácteos, sopas y jugos bajos en calorías son los productos que más se venden. Los nutricionistas advierten que su consumo no alcanza para bajar de peso.
Buscan adelgazar, mantener el peso, bajar el colesterol o subirse al marketing de las publicidades que, con la llegada del verano, ‘venden’ los beneficios de una extensa lista de alimentos que tienen siempre un toque de verde en su envase. Este año, la venta de los productos light es un récord: aumentó un 21%, según un estudio de la consultora AC Nielsen realizado en todo el país.
La tendencia se impuso y seguirá creciendo. En los últimos años, el consumo bajas calorías había crecido casi un 10%, de acuerdo con el último trabajo de TNS Gallup Argentina.
Ahora, los productos light más vendidos son lácteos (leches, yogures y quesos untables), jugos y sopas. La consultora AC Nielsen analizó 13 categorías de alimentos y bebidas con segmentos light en supermercados, autoservicios y almacenes.
Y agrega que este año también creció fuerte, un 27%, la comercialización de aguas saborizadas, un mercado que no deja de sorprender y al que cada vez se suman más competidores.
‘Antes de comprar, cada vez más los consumidores se fijan si es light o no, porque buscan cuidar el cuerpo, su salud y también gratificarse. Al principio, estos productos estaban destinados a las mujeres, pero ahora también los consumen hombres, chicos y gente mayor’, dice María Cecilia Frka Grbin, gerente de Servicing y Comunicaciones de Nielsen.
Hay encuestas que indican que los alimentos light están muy presentes en los hogares del país. Se los consume en 6 de cada 10 familias, coinciden los relevamientos de D’Alessio/Irol y de LatinPanel.
Una reciente encuesta de TNS Gallup indica que 7 de cada 10 argentinos declaran que están informados sobre cómo elegir los alimentos y qué deben leer en las etiquetas. El porcentaje es mayor que en otros países latinoamericanos, como Brasil, México y Chile.
‘Bajé siete kilos y ahora quiero mantener mi peso’, cuenta Mabel Amantea (60) mientras examina la cantidad de calorías y grasas que tienen las sopas deshidratadas, en el hipermercado Wal Mart, en Avellaneda. ‘Compro yogures, quesos untables y sopas light que tomo siempre antes de cada comida para saciar mi apetito’, detalla a Clarín la consumidora de Lanús.
Mientras avanza el boom de los alimentos ‘verdes’, los nutricionistas advierten que los productos light no siempre ayudan a adelgazar. Insisten en que deben formar parte de un plan integral de alimentación, con cambio de hábitos y ejercicio físico incluido. ‘Sucede que desde principios de los 90, cuando comenzó la importación de alimentos ‘diet’ -sobre todo de EE.UU.- la gente asoció ‘diet’ con dieta y bajar de peso. Y no es así: un paquete de fideos para celíacos es un alimento dietético, o un alimento lácteo para bebés fortificado con vitaminas también es dietético, porque se trata de productos modificados respecto a los comunes’, explica María Luz Martínez, jefa del Area de Evaluación Técnica del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), dependiente de la ANMAT.
Ante la confusión de la gente, hace poco más de dos años hubo un avance en la legislación argentina que, de alguna manera, buscó aclarar la información de las etiquetas de estos alimentos.
La resolución 40 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, amplió el capítulo del Código Alimentario Argentino dedicado a los alimentos dietéticos. Establece que si en la etiqueta aparece la palabra ‘light’ (también está permitido leve, bajo, bajo contenido, low) el fabricante está obligado a detallar qué componente (como grasas o azúcar) es el que está reducido y cuánto más ‘suave’ es (en porcentajes) que uno común.
‘El problema que surge con los alimentos light es que la gente no aprovecha para qué están hechos’, afirma la licenciada en nutrición María Emilia Mazzei, directora del Grupo Educador en Salud y Alimentación (GESA). ‘Light no significa que se puede comer más; son alimentos que permiten ahorrar calorías, ése es su objetivo. Los grandes líos aparecen cuando se comen varios postrecitos que dicen tener 0% colesterol pero el doble de azúcar’. Lo que cuenta, dijo, es hacer un ‘plan inteligente’ de alimentación.