Del experimento llevado adelante en Suiza y que busca recrear los orígenes del Universo participaron jóvenes científicos de la casa de estudios platense. Aseguran que esta prueba es un hito para la ciencia y la humanidad

Esta madrugada se llevaba adelante la más ambiciosa prueba científica de la historia: intentar recrear el Big Bang, es decir, la explosión que hace millones de años dio origen al Universo. Del experimento que se realiza en Ginebra participan 500 universidades de todo el mundo y alrededor de 6 mil físicos e ingenieros, entre los cuales hay ocho argentinos, cuatro jóvenes egresados de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y otros cuatro de la UBA.
El experimento se lleva adelante en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés), que es el acelerador de partículas más potente del mundo. La máquina de Dios, como se la conoce, mide 27 kilómetros de circunferencia y se encuentra enterrada 100 metros bajo tierra entre Francia y Suiza, en el laboratorio del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN).
La prueba consiste en hacer chocar dentro de la máquina protones con una energía nunca alcanzada hasta ahora (7 teraelectronvoltios). Los investigadores buscan hallar evidencia de la existencia de partículas efímeras como el bosón de Higgs, que dio origen a la noción de masa en la Física teórica, aunque los primeros resultados podrán verse en un período de 18 a 24 meses.
Los físicos Xabier Anduaga y Gastón Romeo son los dos argentinos que en este momento se encuentran en Ginebra. Anduaga es un joven investigador, oriundo de la ciudad de Necochea, y fue en representación de la Universidad Nacional de La Plata; y Romeo es graduado de la UBA.
En dialogo con Hoy, Martín Tripiana, licenciado en Física de la UNLP y uno de los jóvenes que participa del proyecto, explicó que se trata de “una experiencia única estar trabajando en un proyecto que se ha estado construyendo hace 15 años”.
El joven de 27 años, oriundo también de Necochea, hace tres años que trabaja con el Acelerador de Hadrones, es becario del Conicet y se encuentra realizando el doctorado en Física. “Las veces que viajé a Ginebra estuve a 100 km bajo tierra y pude ver la máquina. Es un monstruo gigante, te shoquea cada vez que la vez”, sintetizó.
Por su parte, María Teresa Dova, doctora en Física de la UNLP y directora del grupo de científicos argentinos, explicó a este medio que con esta prueba comienza la “diversión para los científicos”.
“Estas primeras colisiones marcarán el inicio del programa de Física con los datos que se colectarán en los detectores del LHC, en particular en Atlas, en el que realizan sus investigaciones los grupos argentinos”, precisó.
De esa forma, se inicia el primer período de producción de datos. “Se obtendrán suficientes datos en todas las áreas potenciales de descubrimiento que permitirán las investigaciones más avanzadas del mundo en cuanto a Física de partículas de altas energías”, detalló Dova. Dijo también que “los grandes descubrimientos no serán hechos inmediatamente, porque la Ciencia es un proceso largo que debe hacerse cuidadosamente, pero las perspectivas de resultados que revolucionarán nuestro entendimiento del Universo mismo son inmejorables”.
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