Los trabajos siguen en el tramo de Defensa que va entre Chile y México y continuarán hasta Belgrano: allí, la calle está levantada, con montañas de arenas, bolsas de materiales y de adoquines, que serán cambiados, y con luminarias nuevas. Los fines de semana, con la feria de San Telmo, los artesanos se ubican en el poco espacio que queda en la vereda, apenas adelante de los edificios. A los visitantes no les queda otra que circular en una especie de fila india para poder ver las artesanías y, en caso de que alguno se detenga para comprar algo, se produce un caos de «tránsito peatonal».
Este proyecto se suma al plan integral de revalorización del Casco Histórico, que incluye en esta misma calle la restauración de las fachadas de los edificios catalogados como patrimonio histórico, en su mayoría del siglo XIX. Este plan contempla el hidrolavado de los frentes para su blanqueamiento, la pintura y los arreglos de los revoques.




