La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, resaltó hoy la decisión del Gobierno de haber pagado la deuda con reservas internacionales, que en este momento «superan los 50.400 millones de dólares, unos 2.600 millones de dólares por arriba de las que teníamos en el mes de marzo»
«Seis meses atrás se debatía sobre la conveniencia o no de pagar la deuda con reservas internacionales y ahora transitamos un país que pagó casi 5.000 millones de dólares y acumula reservas por 50.400 millones de dólares», señaló Marcó del Pont en la apertura de las Jornadas Monetarias y Bancarias organizadas por el BCRA.
La funcionaria, de esta manera, reiteró la importancia estratégica de haber pagado la deuda con reservas en el marco de la política de desendeudamiento llevada a cabo por la presidente Cristina Fernández de Kirchner.
«´Cuando organizábamos la agenda para estas jornadas también se discutía la forma en que había que atravesar la crisis y lo hicimos con instrumentos de intervención en el mercado de cambios, el uso de las reservas internacionales y la reivindicación del rol que tiene la regulación de la cuenta capital para evitar el avance de los capitales especulativos», indicó Marcó del Pont.
Tras el mensaje de bienvenida a cargo de la titular del BCRA, se abrió el primer tramo de la jornada con la presencia del economista Aldo Ferrer, el profesor del Centro de Estudios Económicos de la Universidad de Nueva Delhi, India, Prabbat Patnaik; y el asesor económico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Roberto Kyloh.
Ferrer, una vez más, hizo hincapié en la necesidad de profundizar la construcción del país en el marco de un espacio nacional, siempre pensando en el «colapso que produjo las recomendaciones de las recetas neoliberalistas».
«La globalización se puede ver desde distintos lugares, no es lo mismo la percepción de los Estados Unidos que la China o la de América Latina», reflexionó.
Fiel a la línea de pensamiento del ex titular del BCRA Raúl Prebisch, a quien mencionó en varios pasajes de su presentación, subrayó la necesidad de «plantear una visión propia de los problemas y, en este sentido, los países centrales tienden a vernos como segmentos del mercado mundial».
Sin embargo, el desarrollo económico siempre se ha dado «en un espacio nacional», aunque en la década «del setenta cambiaron las cosas en forma radical con la irrupción de la globalización financiera en la cual cayeron los países de la región, en mayor o menor medida».
Posteriormente, «llegó la década del ochenta y con ella un deterioro de lo social, hasta que por estos días se plantean una serie de cambios excepcionales».
«El sistema global enfrenta una situación de ajuste y en este escenario aparecen nuevos actores como es el caso de China», afirmó Ferrer, quien se mostró convencido de «movilizar los recursos internos, con una inserción simétrica y no subordinada».
En tal sentido, añadió que «el Estado es un protagonismo esencial y si bien no tenemos capacidad de cambiar el mundo, podemos posicionarnos con nuestros recursos».
Por su parte, Patnaik indicó que «se percibe una tendencias al subconsumo producto de las tendencias especulativas, aunque también es cierto que hay inyecciones de demanda que tratan de prevenir esa tendencia».
Y Kyloh, finalmente, pudo especial énfasis en el «compromiso que implica el concepto de trabajo digno, siempre con la mirada puesta en proteger a los trabajadores regulando los mercados de forma más equitativa»
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