Se trata de un empleado de 31 años que realiza tareas de mantenimiento en distintos cajeros de la ciudad y que, por un error de la empresa recaudadora que deposita el dinero en esas máquinas, halló la cuantiosa suma que estaba a la vista de todos. Sin que faltara un solo peso, dio inmediato aviso a personal del banco evitando que se produjeran robos posteriores.

“Me enseñaron a ser honesto y eso es algo que no se negocia por nada. Ni por un instante se me ocurrió quedarme con algo de dinero”, dijo Daniel Molina al relatar lo que vivió hace unos días en un cajero automático ubicado en el centro de la ciudad.
Se trata de la historia de un hombre de 31 años -empleado una empresa de limpieza- que cuando realizaba las tareas de mantenimiento en una de las máquinas expendedoras de dinero del Banco de Córdoba, advirtió que una de las compuertas donde se deposita la plata estaba abierta. Según trascendió, el monto disponible en ese momento rondaría los 300 mil pesos.
“Estaba limpiando el tablero y de pronto me doy cuenta que una de las puertas estaba abierta con toda la plata a la vista, realmente mucha. Recién se iba el camión de Prosegur que había hecho el depósito, y se ve que en el apuro los efectivos no lo cerraron bien. Por suerte yo fui el primero que entró después de ellos porque sino quizá hubiese faltado algo de plata”, dijo Daniel.
El hecho ocurrió alrededor de las 11.15 en los cajeros automáticos ubicados al lado de la sede de Rentas en Rivera Indarte 650, donde, por el flujo de personas que circula diariamente, el movimiento a esa hora era intenso.
Apenas Daniel se dio cuenta que la cuantiosa suma de dinero estaba a su alcance, ingresó al banco y le notificó lo sucedido a un empleado. Desde allí, inmediatamente se dispuso un adicional de la Policía para que custodiara la plata hasta tanto regresara el camión y cerrara correctamente las puertas de la máquina.
Gesto elogioso
El gesto de Daniel fue aplaudido por todo el personal del banco, primero por su honestidad y segundo porque su advertencia permitió la rápida actuación de la empresa a cargo de la reposición del dinero, evitando que se produjeran robos.
“La verdad estamos muy orgullosos de él porque, si bien es lo que corresponde, hoy en día son pocos los que actuarían así. Avisar sobre lo que estaba pasando y que no falta un solo peso es una actitud que lo enaltece. La verdad que se merecía que el Banco lo recompensara, eso sí es algo que no se entiende”, dijo Natalia, una de las compañeras de la empresa para la que trabaja el joven.
Sin embargo, Daniel señaló que nunca esperó nada a cambio por su proceder y que, de habérselo propuesto, tampoco lo hubiese aceptado.
“Bajo ningún punto de vista iba a aceptar una recompensa, lo que hice fue actuar con honestidad como me enseñaron mis padres. Yo tengo un hijo de 6 años y debo ser un ejemplo para él. Recibí las felicitaciones de mi familia y mucha gente, pero sostengo que era lo correcto”, agregó.
Daniel vive en barrio 25 de Mayo junto a su esposa y a su pequeño hijo. Según lo describen sus compañeros, se trata de una “muy buena persona, humilde, respetuoso y servicial”, que se destaca por su espíritu emprendedor. Trabaja desde hace más de nueve años para la Compañía Argentina de Limpieza, donde mantiene un excelente trato con sus jefes. De hecho, comentó: “Tengo una responsabilidad muy grande en la empresa, jamás podría hacer nada que rompa la confianza que depositan en mí mis jefes, para mí eso es una cuestión de principios”.
http://www.lmcordoba.com.ar/2009/07/27/nota195104.html