El nacimiento de una oveja les permitió confirmar que los embriones son viables. Apuntan a lograr animales que produzcan más kilos de carne o litros de leche, consumiendo la misma cantidad y calidad de alimentos. Los envían de Buenos Aires a Bariloche
Con esfuerzo y sin hacer demasiado ruido, un equipo de estudiantes e investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) trabaja en un apasionante proyecto que viene a confirmar dos teorías: la primera es que -como se presumía- el futuro ya llegó, y la segunda que, pese a todo, la educación pública sigue siendo de excelencia.
El grupo lo encabeza el director del Laboratorio de biotecnología animal de la Facultad de Agronomía (Fauba), Daniel Salamone, y trabaja en novedosas técnicas de clonación y transgénesis que ya arrojaron sus primeros resultados y prometen muchos más. Sin ir más lejos, lograron embriones transgénicos de vacas, cerdos, caballos, gatos y ovejas.
El trabajo es complicado, pero el objetivo es simple: buscan mejorar el aprovechamiento que los animales hacen de la alimentación para que, comiendo la misma cantidad y calidad de materia seca, produzcan más kilos de carne o litros de leche.
Si prospera y se masifica, el método representará un beneficio más que importante para la actividad ganadera, que tantas frustraciones ha sufrido durante los últimos tiempos.
Consultado por Hoy, Salamone explicó que los embriones ya fueron implantados en ovinos y se logró un nacimiento que si bien entró en el porcentaje de los que no son transgénicos, sirvió para demostrar que los embriones son viables. Esta suerte de Dolly argentina vino al mundo en el Inta de Bariloche, hacia donde el material es enviado en ómnibus o en avión. “En los próximos días enviaremos nuevas tandas”, agregó el experto.
Respecto de las técnicas comentó que, básicamente, “consisten en incorporar en los animales información genética que no tenían y que puede provenir de especies tan distintas como un hongo, lo que las torna novedosas”.
Al lograr animales con grandes ventajas sobre sus congéneres ordinarios, la técnica permitirá mejorar los niveles de producción en aquellas regiones que se ven limitadas por la poca disponibilidad de alimentos. También podría llegar a servir para generar mayor resistencia de las vacas y ovejas a la afecciones.
Infouniversidades -sitio web consagrado a la divulgación académica- cuenta que todo comenzó con la inquietud del biólogo Federico Pereyra Bonnet, que llegó al laboratorio de la Fauba hace dos años para concretar su tesis de doctorado. “El quería introducir las modificaciones genéticas a través de los espermatozoides, algo a lo que yo le tenía desconfianza”, dijo Salamone y agregó: “Pero conocía el trabajo de un investigador inglés que había comprobado que en ratones, si se trataba el espermatozoide y luego se lo inyectaba, eso funcionaba. Entonces, le propuse que apueste a eso y obtuvo resultados increíbles”.
El trabajo en el que también participa el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) obtuvo el Innovar 2008 que premia a productos y procesos que se destacan por su diseño, tecnología o grado de originalidad.
Transgénesis mediada por espermatozoides, así se llama esta técnica que busca utilizar el espermatozoide para introducir un fragmento de ADN exógeno, generando embriones modificados genéticamente en vacas y que, por primera vez en el mundo, resultó efectiva en cinco especies de mamíferos diferentes.
El hallazgo no hace más que subrayar el prestigio del que siguen gozando las universidades públicas de nuestro país.
Las vaquitas son clonadas
“Las vaquitas son ajenas”, dice la letra de la famosa canción El Arriero. Pero en los tiempos que corren, las vaquitas son clonadas y de eso conoce muy bien Daniel Salamone (ver nota principal) que tiene una rica experiencia en los nuevos campos de la ciencia. De hecho, integró el equipo técnico que logró clonar de manera exitosa, una vaca genéticamente modificada.
Se trata de “Pampa”, la primera ternera de una dinastía de animales de la compañía Biosidus, que hoy produce la hormona de crecimiento humana en la leche de los animales.
Pampa nació en agosto de 2002
-cuando el país intentaba salir a flote tras el naufragio de 2001- y fue el resultado de ese tambo farmacéutico de capitales nacionales.
A partir de ahí el desarrollo
fue constante y nacieron otras terneras clonadas y transgénicas, concebidas
para poder extraer de su leche, tanto hormonas para el crecimiento como insulina
http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-18387-titulo-Embriones_transgnicos_con_el_sello_de_la_UBA