El objetivo central es garantizar un saldo comercial positivo. Por cada dólar que se paga por importación se debe cobrar otro por exportación.
La difusión del plan está en manos del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien viene realizando reuniones con empresarios de distintos sectores para dar a conocer la decisión política. Los que lo escucharon aseguraron a Buenos Aires Económico, que el funcionario “está convencido” de que esa política se aplicará sin cortapisas.
“No me van a conmover”, le dice Moreno a cada empresario o representante de empresario que le dice que esa medida no podrá llevarse adelante. Las argumentaciones son variadas. Los más dramáticos sostienen que sus empresas no pueden garantizar una importación contra una exportación y dicen que eso los llevará a la quiebra.
Lo que reciben como respuesta es, en el lenguaje de la negociación entre empresarios y funcionarios, lo más parecido a un latigazo: “Si no les conviene, entréguenme las llaves y hago como en Papelera Massuh”.
Se trata de una empresa que administra un fideicomiso estatal, cuyo director es Moreno. La gestión tiene como fecha límite noviembre del 2011. Después se vendería la planta, que ahora fue rebautizada como Papelera Quilmes, aunque también podría volver a manos de Héctor Massuh.
Esa solución, que permitió poner en operaciones una planta que estuvo paralizada durante siete meses por falta de capital de trabajo, fue propuesta por el propio Massuh. Su empresa está concursada y el fideicomiso le pagará un canon mensual para que descuente deudas.
La intervención estatal, que fue analizada por el comité productivo de crisis –los ministerios de Producción y de Trabajo, la Secretaría de Comercio, el Banco Nación y la Administración Nacional de la Seguridad Social–, contó con el respaldo de la Municipalidad de Quilmes y los trabajadores de la planta.
UNO A UNO. La decisión de establecer el nuevo esquema de “dólar importado por dólar exportado” es una idea relativamente nueva. Comenzó a circular a principio de junio. La presentó Moreno en una reunión con empresarios de los rubros de electrónica, informática y línea blanca. Había también varios representantes de grandes cadenas comerciales.
En los días que siguieron, Moreno se dedicó a continuar comunicando la idea: el “uno a uno” será la nueva consigna. Así lo confirmaron, también, fuentes oficiales, y señalaron el efecto positivo para el mercado local de la aplicación de licencias no automáticas.
Tal como publicó ayer este diario, la decisión del Gobierno de reducir el déficit de la balanza comercial en las manufacturas de origen industrial implica “generar conciencia exportadora” entre los empresarios nacionales. “Nunca la tuvieron”, señalaron.
En cada encuentro con empresarios, Moreno se encargó de destacar las ventajas de aplicar ese esquema comercial y puso como ejemplo la radicación de Nike, en el Parque Industrial Villa Flandria, ubicado a orillas del río Luján. Allí, junto con la planta, se abrirán 150 puestos de trabajo hasta el 2010.
INCENTIVOS. La explicación de esta suerte de “tendencia nacionalizadora” está en la aplicación de las licencias no automáticas, que pusieron una barrera a la importación e incentivaron a las grandes empresas a comprar en el mercado local. Además de Nike, otras tres firmas anunciaron sus proyectos para ampliar su producción local. Es que en el nuevo esquema comercial les resulta más rentable producir aquí que importar desde China o Brasil.
Según los cálculos del Ministerio de Producción, la apertura de la planta de Nike, que cumplirá su primera etapa en julio próximo, “permitirá la sustitución de importaciones de medio millón de pares de botines por año, que significan un monto aproximado de u$s8 millones”.
PABLO WAISBERG

El nuevo esquema hace más fácil producir aquí que importar




