Registró un incremento del 155% con respecto a abril del año anterior. Las exportaciones totalizaron u$s5.088 M, con baja de 13% anual. Las importaciones sumaron u$s2.789 M, derrumbándose 43% en el mismo período. Es un nivel récord
«El menor valor exportado con respecto a abril del año anterior resultó principalmente por una caída en los precios del 17% interanual, mientras que las cantidades despachadas cayeron 5%», informó el Indec.
Los rubros que registraron aumentos significativos fueron residuos y desperdicios de la industria alimenticia, carnes y sus preparados, petróleo
crudo y energía eléctrica. Mientras que los rubros que registraron mayores descensos en sus ventas fueron grasas y aceites, carburantes, semillas y frutos oleaginosos, material de transporte terrestre y cereales.
Del lado de las importaciones, la contracción se explicó por la reducción en las cantidades adquiridas del 37%, que fue acompañada por una baja de los precios del 10%, por las menores compras de bienes de uso intermedios, bienes de capital y piezas y accesorios para bienes de capital.
En los cuatro meses del año la balanza comercial fue superavitaria en u$s5.855 millones, como resultado de operaciones de ventas al resto del mundo por u$s16.951 millones compras foráneas por u$s11.096 millones.
Efecto recesión y ausencia de excedentes de granos
En los últimos tiempos, algunas voces oficiales se alzaron contra el sector agropecuario, porque consideraba que retenía los cultivos en los campos, provocando una oferta insuficiente de divisas en el mercado de cambios. Sin embargo, el desempeño del comercio exterior en abril y más aún en el acumulado del cuatrimestre, desarma con contundencia esas interpretaciones.
El dato del mes pasado dio cuenta que los despachos de productos primarios se derrumbaron 16% en comparación con un año antes, en contraste con los de las manufacturas de origen agropecuario que saltaron 26%. De ahí surge que la «retención» de los cereales y oleaginosas en silos bolsas no respondió a maniobras especulativas, sino a reservas para atender las necesidades del sector industrial, para cubrir tanto los pedidos del mercado interno, como del resto del mundo.
También de la información oficial surgió que la recesión que afecta al mercado mundial debilitó el comercio internacional y eso se vio reflejado en la caída de los envíos de manufacturas industriales al gran mercado.
Mientras que del lado de las importaciones, la concurrencia de merma del comercio exterior y contracción de la plaza doméstica, redundaron en una severa contracción de las compras de insumos necesarios para complementar el proceso de producción de gran parte de la industria nacional.
Y si bien, la Argentina logró un excedente récord en el resultado del intercambio, el fenómeno no es virtuoso, porque se alcanzó en un escenario de fuerte contracción del comercio exterior, y deterioro de los denominados términos de intercambio, es decir una vez más los precios de exportación bajaron en mayor medida que los de importación.