A pesar de la crisis, y de los números en rojo que se esperan este año, ya arrancó la cuenta regresiva para la inauguración del que será, en menos de 60 días, el shopping más grande de la Ciudad y el segundo del país detrás de Unicenter. Inmenso (tendrá 170 mil metros cuadrados y unos 160 locales), el flamante centro comercial ostenta una ubicación privilegiada: está en Vedia y Av. Melián, a metros de la Gral Paz y del acceso Norte, y a pocas cuadras del corazón residencial de Saavedra.
El shopping -que ya tiene nombre: Dot Baires- es una de las construcciones más grandes del grupo Irsa, también dueño del Paseo Alcorta, Abasto y Alto Palermo, entre otros. Su diseño, con amplias fachadas vidriadas, es tan imponente como su tamaño. Una vez inaugurado, contará con cuatro niveles para locales, tres estacionamientos subterráneos para 2.300 vehículos, un complejo de 10 cines de la firma Hoyts, y una terraza con juegos de la cadena Neverland, heladería y cafetería. Además, tendrá tres pisos destinados a la marca Falabella y un hipermercado. Y no estará solo: al lado habrá un nuevo edificio de ocho pisos destinado a oficinas.
Aunque todavía está en obra, el Dot Baires ya cambió la rutina de Saavedra. Y el humor de sus vecinos, acostumbrados a la tranquilidad de la zona. «El barrio está dividido: por un lado están los que lo ven como un progreso para los que vivimos acá, y por otro los que consideran que el shopping perjudica al barrio», explica Soledad Gonzalez Aleman, vecina y editora de La Revista de Saavedra. «Entre los que se ven amenazados están los locales de la avenida Balbín, que están a sólo diez. Hay que ver qué ocurre con esos comercios. Quizás sea un buen momento para ser creativos o mejorar la atención personalizada, con la que el shopping no puede competir», comenta.
El centro comercial crece a la par de las expectativas, pero no está solo: hay otras construcciones nuevas que le están cambiando la cara a Saavedra. Desde Irsa sostienen que la obra incluyó la integración y puesta en valor de zonas degradadas. Y eso ya lo notan los vecinos: las propiedades ya se están revalorizando y, al mismo tiempo, se están ocupando de las repavimentación y de arreglar las veredas.
