13 diciembre 2011

Robótica, un mercado que crece

En los últimos dos años, la actividad desarrollada por empresas y universidades encontró un nuevo punto de apoyo: el Ministerio de Ciencia y Tecnológica. La disciplina se expande en las escuelas del país, una empresa argentina pone un pie en China y surge un robot nacional. Las claves.


Por Andrea Catalano

«No sabíamos que a la gente podía interesarle tanto la robótica». La frase, de un referente del sector, resume los cambios que experimentó, para bien, esta actividad en los últimos dos años en la Argentina. Aunque la robótica es todavía una actividad incipiente, la situación dio un vuelco de 180 grados en este tiempo. A diferencia de lo que sucedía dos años atrás, cuando los impulsores de la actividad sólo tenían espacio en algunos reductos académicos, la robótica ahora se expande y gana visibilidad, no sólo en los ámbitos educativos, sino, también, en el entorno empresarial.
De ahí la frase inicial, que Gonzalo Zabala, director de PlayBots, una empresa de tecnología aplicada a la robótica lanzó a IT Business. El comentario vino a colación de lo que sucedió con el stand de robots
en Tecnópolis durante los 90 días que duró la muestra de ciencia y tecnología en el predio de Avenida General Paz y Constituyentes. Los asistentes se agolpaban a ver los humanoides y los brazos robóticos, la cabeza que emulaba el genio de Einstein y las figuras que recordaban la ternura artificial de Wall-e. “Es un buen momento para la robótica en la Argentina. El apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología y Tecnópolis lograron obtener respuesta de la gente. En el stand, cada vez que algo se rompía se juntaba más gente que la habitual a mirar cómo se arreglaba. Por eso, en la segunda versión de la muestra, instalaremos un laboratorio para que el público vea cómo son las reparaciones”, agrega Zabala.
La Universidad Abierta Interamericana (UAI) y la Universidad de la Punta (ULP) son dos de los espacios académicos en los que la robótica tiene su lugar desde hace varios años. Ahora, se suma la cartera liderada por Lino Barañao como un soporte no menor en la promoción de la actividad.

Un cambio en dos años
Cuando, hace dos años, IT Business realizó su primera nota sobre el tema, los referentes expresaban que lo realizado era a pulmón: no había apoyo oficial a nivel nacional. La excepción era la que se producía en ámbitos académicos. Eso cambió. “El Ministerio de Ciencia y Tecnología nos buscó. Accedimos a financiamiento a través del Fonsoft (Fondo Fiduciario de Promoción de la Industria del Software). A partir de eso, nos tuvieron en cuenta para distintas actividades y fuimos parte de Tecnópolis, y de otra iniciativa, en los barrios, que consiste en capacitar a docentes y entregar robots en distintas zonas del país”, detalla Mónica Pavez, directora de Robot Group, empresa argentina que fabrica, con matricería propia, robots educativos.
El acceso a dinero fresco y la posibilidad de continuar creciendo gracias a una política orientada en esa dirección, le permitió a la compañía insertarse en el ámbito educativo más fuertemente. Lograron ingresar con sus robots en la Universidad la Punta y en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), mientras son contactados por otras casas de estudios para avanzar en la materia. En paralelo, desarrollan un plan de negocios más ambicioso: fabricar los diseños made in Argentina en China para, desde allí, ingresar en el mercado europeo (ver recuadro de Argentina a China).

Para encontrar soluciones
El Ministerio de Ciencia y Tecnología apostó a la robótica por entender que ayuda a encontrar soluciones a los problemas de la sociedad. “Aprender a crear tecnología tiene mucho de lúdico y con ella podemos encontrar soluciones a problemas tan diversos como la distribución de agua en regiones áridas o la construcción de viviendas más sustentables. La tecnología es un juego cuyo resultado ayuda a los demás”, asegura a IT Business Lino Barañao, ministro de Ciencia y Tecnología desde la creación de esa cartera, en 2007, y ratificado para el nuevo período gubernamental que se inició el pasado 10 de diciembre. “Esto es una pequeña muestra de que hay otra forma de aprender, con prácticas sobre tecnología tangible y de forma más dinámica. Hay que desmitificar que las carreras como ingeniería son tediosas porque, además, es en las carreras técnicas donde se dan los mejores sueldos y hay mayor demanda laboral”, agrega.
Para lograr esa seducción hay que empezar “a jugar a los robots” con los más chicos. Tal como sucede en la San Luis. “Tratamos de que los jóvenes se interesen por las ciencias y, para ello, usamos una actividad como vehículo del aprendizaje por los conocimientos de una o más de una disciplina científica. Por ejemplo usamos a la astronomía y la belleza del cielo puntano para promocionar el acercamiento de los niños y jóvenes a disfrutar del esfuerzo que realizó nuestra especie por entender el universo”, subraya Alicia Bañuelos, rectora de la ULP.
En el caso de la robótica, la institución apunta a brindar un espacio que le permita a los estudiantes no sólo ser usuarios de las tecnologías, sino que, a partir de conocimientos matemáticos, mecánicos, físicos y otros, logren resolver “en forma activa” problemas significativos, bajo el reconocimiento de situaciones problemáticas de la vida real. “En este sentido, usamos a la robótica como vehículo de aprendizaje utilizando materiales concretos”, resume Bañuelos. Agrega: “A los niños, se los motiva mucho a construir, diseñar y explorar nuevas formas de hacer las cosas. Es un aprendizaje experimental; prueban, se equivocan, y vuelven a probar hasta que encuentran el resultado. Trabajan en equipo, desarrollan su confianza y se vuelven innovadores”.
Hay dos grandes vertientes en el mundo de la robótica, asegura Zabala. Una de ellas es la de diseñar robots para hacer robótica en sí misma. «La otra es la que se desarrolla a partir de clubes de robótica donde se habilita el uso de material concreto en tecnología, donde podemos adaptar esos materiales a la situación locala para la pedagogía. Se trata de un recurso motivador. Trabajamos con material concreto conceptos que no son de robótica, y son ideales para aquellos chicos que tal vez no tienen tan desarrollado el pensamiento abastracto y aún así pueden avanzar en su aprendizaje”, asevera el director de PlayBots.
Aunque se trate de robots, de materiales “fríos”, que obligan a programar, a pensar cómo dar y cumplir una orden, entre otros aspectos, la robótica es más social que exacta. En el futuro habrá más robots haciendo el trabajo de humanos, y los hombres deberán recapacitar sobre esos cambios culturales y sociales. Los impulsores de la robótica coinciden en que hay que preparar a los chicos para ese futuro. Y la mejor manera de encontrarse con él es conociéndolo desde pequeños, sin temores, a través del juego y en compañía de sus pares.

Fuente: El Cronista
http://www.cronista.com/itbusiness/Robotica-un-mercadoque-crece-20111213-0010.html

Categorizado | Tecnología argentina

1 Comentarios por este mensaje

  1. Claudio de Palermo Says:

    Tuve la oportunidad de conocer a Gonzalo en el Ciiti que organizó la Uai en Septiembre y verdaderamente fue un gustazo.
    No sólo es un experto sino que es una gran persona, un luchador.
    Aplaudo la política de la uai de dar impulso y apoyo a emprendedores como Gonzalo.

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