Un vecino de La Cumbre inventó un sistema de identificación de huellas digitales y ADN más moderno que los actuales.

Lucas Viano
De nuestra Redacción
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Un vecino de La Cumbre es el inventor de un sistema de captación y digitalización de huellas dactilares y ADN que podría convertirse en una excelente herramienta para combatir la delincuencia en la provincia.
Eduardo Salva hace 13 años que vive en esta ciudad del valle de Punilla (a 100 kilómetros de la capital provincial) y el mismo tiempo que trabaja en dactilogenética, una mixtura entre la dactilografía y genética.
El resultado es una serie de herramientas agrupadas en Arfis: Sistema Argentino de Identificación de Huellas Dactilares, por sus siglas en inglés. El invento ya fue patentado en EE.UU., Brasil y Argentina.
Como reflejara La Voz del Interior el 15 de enero de 2004, Salva es el autor de unos adhesivos que, al captar la huella dactilar, retienen ADN para su posterior codificación.
Ahora, además de mejorar la captura de estos datos, ha desarrollado un software para codificar esta información “15 años más avanzado que los actuales”, según sus cálculos.
Las huellas digitales son una marca biométrica única e irrepetible aún en gemelos debido a que su diseño no está determinado estrictamente por los genes. Las impresiones dactilares son reconocidas legalmente como prueba plena de identidad.
En los últimos años, se ha impuesto la prueba de ADN para resolver crímenes. El sistema Arfis permite incorporar también esta marca genética. “Es el único en el mundo que combina la huella dactilar y el ADN”, asegura Salva. ¿Cómo?
Al apoyar el dedo en los adhesivos, se imprime la huella digital y retienen cerca de 2.400 células epiteliales con ADN no codificante. Estos stickers fueron avalados por Biosystem, una empresa líder en tecnología para la codificación del ADN.
El resultado es una huella más nítida ya que no se utiliza tinta, sino grafito para la impresión. Además, la impresión está protegida por una lámina transparente.
Por su parte, la obtención del ADN no es invasiva pues no es necesario el uso de jeringas. Otras ventajas: se preserva la intimidad (el ADN no codificante sirve sólo para la identificación); garantiza la cadena de seguridad, porque no puede ser adulterada ni cambiada; y es más fácil su almacenamiento.
Desarrollo informático. En el mundo el sistema más difundido para la digitalización de huellas es Afis (Sistema de Identificación Automatizada de Huellas Dactilares, en inglés) que es vendido por grandes empresas como Sagem, Motorola o NEC.
Las huellas digitales se clasifican por sus patrones: presilla, verticilo, arco, entre otras. A su vez, tienen puntos característicos, llamados minucias, con nombres como horquilla, islote o bifurcación. Con estos puntos particulares, Afis genera un modelo en dos dimensiones que se almacena con los datos filiatorios de la persona.
Para ello, el software utiliza coordenadas cartesianas para ubicar cada punto característico dentro de un plano. Estos puntos son unidos con vectores y forman un polígono específico.
“Al utilizar un sistema de polígonos, los Afis comparan imágenes. Esto demora el reconocimiento, pero además obliga al sistema a comparar la huella con todas las almacenadas. El sistema Arfis compara códigos alfanuméricos que están subclasificados, por lo que los tiempos se reducen”, explica Salva.
En el software cordobés, la digitalización de la huella es diferente ya que realiza una codificación alfanumérica y por cada una genera un código de barras.
Primero, las clasifica por los patrones básicos. Luego, a través de un algoritmo (conjunto de operaciones matemáticas), transforma estos puntos característicos en un código alfanumérico.
Un fichero de Arfis ocupa menos espacio (dos kilobytes) que los Afis (100 kilobytes). Esto acelera la búsqueda y reduce el espacio de almacenamiento para grandes bases de datos como puede ser la población de la provincia de Córdoba.
A los datos personales y huellas digitales se les puede incorporar el perfil genético, a través de la codificación del ADN.
Además, la identificación de la huella es unívoca pues Arfis genera un código por cada una. Cuando compara una huella, los Afis devuelven un determinado número de impresiones dactilares cuyos puntos característicos forman polígonos parecidos.
Otra ventaja que tiene Arfis sobre los sistemas Afis es que el invento cordobés puede tomar las huellas ya prontuariadas con un ciento por ciento de efectividad. “En los registros de la provincia de Córdoba hay varios millones de huellas digitales archivadas en prontuarios. Arfis podría recuperar esa información y depurarla, pues seguramente debe haber prontuarios repetidos”, entiende Salva.
De hecho, el sistema ya fue probado en la Policía de la provincia con un ciento por ciento de positividad. Se procesaron 100 mil huellas digitales que estaban almacenadas en prontuarios en diferentes estados de conservación. Todo en tiempo récord.
“Ésta es una característica sobresaliente respecto de otros sistemas Afis que no pueden procesar las huellas de los prontuarios”, insiste Salva.
El año pasado, para resolver el caso del violador serial de ancianas se requirió de los conocimientos de un sargento retirado, especialista en dactilografía. Antonio Rodríguez y otros expertos compararon “a ojo” 900 mil huellas dactilares con la que había dejado Oscar Barraza en una botella de gaseosa durante uno de sus abusos.
“Si la provincia hubiera tenido una base de datos digitalizada como Arfis, varios crímenes se hubieran resuelto y muchos otros, evitado”, asegura Salva.
http://www.lavoz.com.ar/07/08/26/secciones/sociedad/nota.asp?nota_id=108406






