Publicado en: http://www.clarin.com/suplementos/rural/2007/11/17/r-01542236.htm
Objetivo: cítricos libres de cancro Un compuesto bacteriano es la clave para que los microorganismos ataquen las plantas.
Una manchita marrón, o cancro, en la cáscara de un limón o una naranja es razón suficiente para que cargamentos enteros de esos frutos no se puedan exportar a países que no tengan sus plantaciones afectadas. Por eso, los científicos buscan un método eficaz para combatir la cancrosis, enfermedad de origen bacteriano que afecta a los cítricos que se producen en Argentina.
En un trabajo recién publicado en la revista científica Molecular Plant-Microbe Interactions, un grupo de argentinos anunció que un polímero producido por la bacteria Xanthomonas axonopodis citri (Xac) y formado por la unión de azúcares, es vital para el desarrollo de la cancrosis. Es el xantano, y sin su aporte la bacteria no lograría enfermar a la planta.
«Las manchas marrones o cancros no son sólo un daño visible sino que albergan a las colonias de bacterias. Por eso rechazan su ingreso con solo ver las manchas», describe Atilio Castagnaro, investigador de la Estación Experimental Agroindustrial «Obispo Columbres» de Tucumán, y autor de la investigación, junto con colegas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Fundación Pablo Cassará, de Buenos Aires.
«Estas bacterias se organizan en una estructura tridimensional llamada biofilm y coordinan sus factores de virulencia dentro del cancro. Hemos demostrado que el biofilm juega un papel clave para la sobrevida de las bacterias y para que generen la enfermedad», explica Adrián Vojnov, de la Fundación Pablo Cassará.
Vojnov y Castagnaro, junto con María Rosa Marano de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, estudian desde el 2002 la relación que existe entre diferentes bacterias y ciertas enfermedades de las plantas.
El grupo realizó experimentos para establecer cómo se forman los biofilms -estructuras protectoras de las colonias de bacterias-, en las hojas de limonero e in vitro. Primero, desafiaron a la planta con la presencia de la bacteria Xanthomonas axonopodis citri (Xac). Luego, estudiaron qué ocurría al juntar la planta con otra variedad de esa bacteria modificada en el laboratorio para que no produjera xantano. Vieron que la bacteria silvestre, con su producción de xantano intacta, lograba incrementar la cantidad de ese compuesto, formar una colonia cada vez más grande y generar el biofilm, favoreciendo así la cancrosis. Con la cepa modificada, la población de bacterias no logró crecer y la planta no se enfermó.
«El xantano no sólo tiene la función de suprimir las respuestas de defensa sino que también absorbe agua. Eso genera un microclima ideal, un medio acuoso muy confortable para la bacteria en la planta», dice Marano. «Ese azúcar cumple también el rol de proteger a la bacteria de condiciones externas en esa estructura que llamamos biofilm», explica.
Estos resultados acercan a nuevas formas de combatir la cancrosis, y en ese sentido, estudian la posibilidad de lograr una vacuna para inmunizar a las plantas. Cinco años atrás, los investigadores empezaron a estudiar otra bacteria, la Xanthomonas campestris campestris (Xcc). Ese microorganismo, que comparte casi el 80% de los genes con la Xac (causante de la cancrosis), produce una enfermedad que marchita las plantas crucíferas como la acelga y la coliflor. El conocimiento logrado con la bacteria Xcc ayudó a los investigadores a develar mecanismos bacterianos relacionados. Ahora, quieren aprovechar para avanzar en las causas de la cancrosis. Ya demostraron que el xantano es una pieza clave en el ataque bacteriano. ¿El paso siguiente? Encontrar estrategias para ayudar a la planta a defenderse.