Con ello, el órgano puede producir insulina. Lo logró un equipo de un centro especializado, a través del implante de células madre del propio paciente y otras terapias. Extenderán la técnica a nivel mundial.
Tras el implante, se aplica un tratamiento de oxígeno hiperbárico —ideado por el médico argentino Esteban Estrada— que «favorece la angiogénesis o creación de nuevos vasos sanguíneos». Esto significa que el páncreas se regenera y recupera a su vez la capacidad de producir insulina.
Pero la noticia viene con un agregado, ya que una autoridad mundial en terapia de enfermedades de páncreas y riñón, Camillo Ricordi, decidió trabajar en conjunto con el centro especializado Stem Cells Argentina, el equipo que dirige Estrada.
«Vi los resultados, me parecieron un importante avance y comprobé cómo mejoraron los pacientes diabéticos tratados por Estrada y su gente», dijo a Clarín el doctor Ricordi, director del Instituto de Investigación de Diabetes de la Universidad de Miami, Estados Unidos.
«Por ahora no hablamos de cura sino de mejoramiento porque, sobre 33 pacientes, obtuvimos un avance cercano al 85 por ciento, con parámetros de laboratorio, reducción y hasta abolición de la medicación», dijo Esteban.
El director de Stem Cells Argentina explicó que «potenciamos con el oxígeno hiperbárico una copia fisiológica que ocurre naturalmente en el organismo. Hay células madres que migran hacia la zona para reparar el daño y hay una réplica fisiológica de todo el proceso que genera el páncreas y que nosotros potenciamos con la oxigenación«.
Estrada y Ricordi firmaron en Buenos Aires un protocolo de la investigación que analizará cómo reaccionan a este tratamiento 3.500 pacientes de la Argentina, Brasil, Estados Unidos, Italia y China. Será el mayor estudio mundial en su tipo y permitirá obtener resultados en dos años.
Ricordi, nacido en Italia y graduado en la Universidad de Milán, es reconocido en el mundo como pionero del trasplante celular. Inventó la «cámara Ricordi» que permite aislar los llamados «islotes» de células beta del páncreas para trasplantarlas. Son las células que vigilan el nivel de azúcar en la sangre y liberan la dosis de insulina necesaria para normalizar la glucosa en el organismo.
El avance logrado por Esteban y su equipo impulsó a Ricordi a programar una investigación conjunta. Explicaron que, cuando un órgano del cuerpo sufre un daño, llegan células madre que migraron desde la médula ósea por el torrente sanguíneo. «En el caso del diabético, la cantidad de células que llegan no alcanza para suplir a las células dañadas, por eso se usa la técnica del implante de células madres autólogas. A ese implante, le sumamos el oxígeno hiperbárico, que ha dado buenos resultados», aseguró Estrada.
El tratamiento, luego de la punción en la cresta ilíaca de donde se extraen células madre, consiste en implantarlas en el paciente a través de la arteria femoral, llegando hasta el páncreas. Fueron tratadas 33 personas que sufrían entre 5 y 30 años de diabetes.
«Se produce la creación de nuevos vasos sanguíneos, la angiogénesis. Este mecanismo ha sido absolutamente comprobado por numerosos estudios a nivel mundial. Se da la replicación o copia de las células beta, secretoras de la insulina, y se observan parámetros de laboratorio que demuestran la mejoría», explicó Estrada. Entre los valores se cuenta el aumento de la hemoglobina glicosilada, que anula las complicaciones de la diabetes.
http://www.clarin.com/diario/2007/05/02/sociedad/s-03601.htm