Creó él mismo el proyecto. Será el primero en realizar ese desafío, transformándose en una hazaña a nivel mundial. Además, tendrá un triple objetivo: deportivo, científico y solidario.
Por Natalia Szydlowski | Toma Mate y Avivate
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En una confitería de San Telmo nos encontramos con Matías Ola, un joven nadador de 28 años, oriundo de Tucumán, que actualmente vive y entrena en Buenos Aires. Luego de pasar por muchos deportes, comenzó a practicar natación hace siete años. Talentoso, emprendedor y sumamente audaz, hoy nada en Aguas Abiertas y creó un proyecto denominado “Unir el Mundo”, el cual consiste en vincular los continentes a través de los distintos pasos geográficos que lo permiten, con la particularidad que atravesará estas “aguas frías” sin el traje de neopreno. Con un triple objetivo: deportivo, científico y solidario, Matías nos cuenta más sobre esta hazaña que comenzará en solo unos días.
Inicio en la natación
“En Tucumán era difícil conseguir un club para practicar natación, porque era muy caro y somos una familia numerosa, somos 4 hermanos” cuenta Matías. Recién a los 21 años comenzó a practicar en un club de la ciudad de Tucumán, y a los 6 meses de nadar se federó y comenzó a competir con otros nadadores, integrando el “Equipo del NOA” (Noroeste Argentino). Mientras tanto, estudiaba en la Universidad de Belgrano que no posee sede en su provincia, la Licenciatura en Gestión de Empresas Agroindustriales, pero como los dos primeros años de la carrera se podían hacer a distancia, recién en el último tramo de la misma fue cuando se instaló definitivamente en Buenos Aires. Una vez allí, se acercó solo al Centro de Entrenamiento Nacional de Alto Rendimiento (CENARD), único lugar en el país que, por su infraestructura, permite el entrenamiento a deportistas de elite. “Cuando vi el CENARD dije: yo quiero estar ahí, en el interior no existe nada parecido” dice Matías. De esta manera, en el 2009 cumple su sueño de ingresar y entrenarse junto a otros nadadores reconocidos de Argentina.
Aguas Abiertas: el desafío
Con un entrenamiento muy distinto al que iba llevando, comenzó a competir en varios torneos de natación en el exterior y a conocer a muchos otros nadadores, entre ellos los de Aguas Abiertas. “Me gustaba mucho esa práctica de natación y tenía gran deseo de probar cómo era. Pero si cambiaba a Aguas Abiertas era para no competir más en pileta” comenta Matías. Luego, nadadores españoles le contaron más sobre cómo eran las travesías, siendo estas: individuales, extremas y acompañados por un equipo de asistencia. “La mayoría de estas integran un objetivo solidario” agrega.
Unir el mundo, un objetivo solidario
“Unir el Mundo” fue una suma de información que Matías fue tomando de las experiencias que vivía. “En mi habitación del CENARD tenía un mapamundi donde marcaba con un pinche los lugares donde había competido. Un día, con un amigo, mirábamos ese mapa y pensábamos por dónde se podía nadar para unir los continentes” cuenta el nadador. Luego, decidió dejar la pileta, y comenzó a entrenar en Aguas Abiertas. “En ese momento mi entrenador, Alberto “Colo” Santiago me desafió con la frase: un buen nadador no utiliza traje de neopreno”. Si bien esto no descalifica a aquellos que sí usan el traje, Matías se lo tomó muy en serio y comenzó a entrenar en aguas muy frías sin el mismo. Así nació “Unir el Mundo”, buscando desafiar la fisiología humana, ampliar las fronteras del conocimiento científico y el enigma de la supervivencia al stress por frío, y el deseo de la creación de un Centro de Entrenamiento de las características del CENARD en la provincia de Tucumán.
El primer chapuzón
La primera vez que entró en aguas frías fue en la ciudad de Mar del Plata en noviembre de 2011, la temperatura del agua era de 13 grados. “Fue una experiencia muy importante, porque permitió conocerme a mí mismo”, dice Matías. Si bien al principio no podía coordinar la respiración, porque las pulsaciones estaban muy altas producto del frio (sería como correr agitado), luego logró dominarla. “Me gustó, fue una prueba que me permitió ver si podía nadar sin el traje y lo que me daría la pauta si iba a poder realizar el proyecto. De no poder lograrlo, sería como cualquier otro nadador de aguas abiertas, y justamente lo interesante es estar sin el traje” relata Matías.
Entrenamientos en aguas frías argentinas
En enero de 2012, Matías y su equipo viajan a Bariloche. Mientras buscaban las aguas más frías que pudieran encontrar, descubren “el Ventisquero Negro” que se encontraba a 1,5 grados centígrados. “Es el lugar de la Patagonia que más fría encontramos”, cuenta Matías. “Por suerte hacía calor. La sensación era anestésica, no sufrí ese nado, sí se me dormían las articulaciones y era como una masa de piedras que levantaba, pero sí podía nadar. Ya podía controlar la respiración y sentía calor en mi cuerpo lo que me indicaba que podía hacerlo” agrega. En marzo de 2012, nadó en Calafate y terminó su viaje braceando frente al Perito Moreno, en pleno desprendimiento de una parte del glaciar.
En búsqueda de ayuda nacional
El proyecto se concretó cuando en julio de 2011, Matías consigue que el Ministro de la Corte de Justicia, Eugenio Raúl Zaffaroni, sea su padrino en el proyecto. “En ese momento yo no sabía que él era nadador, así que le pedí que sea mi padrino y le ofrecí que nadara conmigo en el último tramo del proyecto (con el traje de neopreno) y aceptó”. Si bien esto abrió ciertas puertas a otros ministerios, la tarea no se simplificó y aún continúa todo el equipo trabajando arduamente en reuniones, al igual que todos los que presentan proyectos. Por otra parte, el Ministerio de Seguridad fue uno de los primero que los ayudó a través de Prefectura Naval Argentina. Esto le permite a Matías, a nadar en cualquier lugar del país con el apoyo logístico de embarcaciones. También cuenta con el apoyo del Ministerio de Relaciones Interiores que es el que organiza las presentaciones en cada capital del país, hospedaje y movilidad. “Día a día también se suman por suerte empresas privadas” destaca Matías.
En búsqueda de apoyo científico
“Unir el Mundo”, tiene un objetivo científico (estudio de una hormona relacionada con la transformación de grasas amarillas y pardas) aprovechando la situación extrema a la que someterá Matías, que se encuentra a cargo del Dr. Reges, especialista en medicina de montaña e hipotermia en conjunto a la Universidad de La Plata. El próximo 24 de junio, el equipo científico de “Unir el Mundo” presentará en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva el proyecto, con el objetivo de contar con el aval nacional, y con el financiamiento necesario para obtener el equipamiento especial (altamente costoso y que solo se consiguen fuera del país), para monitorear y obtener datos del entrenamiento en aguas frías.
Tramos de travesías
El 25 de junio comienza el primer tramo, mientras que el último será en diciembre.
TRAMO 1: Unir Europa con África – Estrecho de Gibraltar. Julio 2013
TRAMO 2: Unir Eurasia con América -RECORD GUINESS 86 km-Equipo de Posta Internacional. Único Nadador Argentino.
TRAMO 3: Unir Eurasia con América. Islas Diomedes. Nado individual
TRAMO 4: Unir Europa con África. Desde Isla Lampedusa (Italia) a Túnez (África)
TRAMO 5 Unir Oceanía con Asia (Papua Nueva Guinea)
TRAMO 6: Unir Asia con Europa (Jordania Aqaba)
TRAMO 7: Unir Europa con Asia (Estambul)
TRAMO 8: NADAR EN EL FIN DEL MUNDO ARGENTINA (Islas de los Estados).
Agradecemos a Matías Ola
Para más información: www.unirelmundo.com
Fuente: Toma Mate y Avivate
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