Investigadores locales desarrollaron la primera celda espacial nacional con superconductores III-IV. ¿Por qué es importante?
Los satélites artificiales que se encuentran en el espacio requieren de paneles solares para generar la energía eléctrica y así garantizar el funcionamiento de su instrumental.
A la vez, estos paneles dependen de celdas solares para su construcción, cosa que hasta el momento la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) adquiría de forma comercial.
Sin embargo, esto próximamente no será necesario puesto que investigadores del Departamento de Energía Solar de la CNEA ya desarrollaron la primera celda espacial nacional con superconductores III-IV. La misma pasó diferentes pruebas de resistencia y funcionalidad.
Avance en celdas solares: ¿Qué significa?
El Departamento de Energía Solar fabricó los paneles solares de los satélites SAC-A, Aquarius-SAC D y SAOCOM 1A y 1B, lanzados entre 1998 y 2020. También los del SABIA-Mar 1, que será puesto en órbita en 2024.
Para todos ellos, los investigadores incorporaron celdas comerciales. En efecto, la producción nacional de estas herramientas se presenta como un paso más hacia el autoabastecimiento por parte de la CNEA.
La fabricación de estas celdas basadas en semiconductores III-V es muy compleja. El único equipo operativo capaz de hacerlo en el territorio nacional es el que posee el Grupo de Dispositivos y Sensores del Centro Atómico Bariloche, a cargo de Hernán Pastoriza.
«Deben cumplir requisitos como la alta eficiencia, para proveer potencia a todos los instrumentos del satélite donde están instaladas, y resistencia al daño por radiación, dado que en el ambiente espacial hay partículas cargadas que pueden dañarlas. Además, no deben degradarse por otros factores y tienen que ser estables en el tiempo», explicó la física e investigadora del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (CNEA-CONICET) Marcela Barrera.
Fuente: El Cronista