30 abril 2009

Los presos universitarios superan en promedio a los estudiantes de la UNC

Las estadísticas revelan que, mientras los alumnos de la casa de altos estudios obtienen calificaciones medias de 6,40, los que permanecen tras las rejas alcanzan notas medias superiores a 7,40. Según un estudio realizado por la Universidad, desarrollo personal, socialización, instrucción y corrección son las cuatro variables por las que los 80 estudiantes internos que se alojan en las cárceles de la Provincia cambian tiempo por formación académica.

Natalia Guantay
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Aunque se desarrolle en distintos contextos, la tarea de unos y de otros es la misma: los chicos tienen que estudiar. Y en este punto las estadísticas demuestran que los presos universitarios que se alojan en las cárceles de Córdoba cumplen con el objetivo más que los estudiantes de la UNC. Es que, mientras estos últimos obtienen promedios de 6,40 (según la última estadística realizada por la Casa de Trejo), los internos alcanzan calificaciones medias superiores a 7,40.

Es probable que al leer estas líneas muchos argumenten que variables como mayor tiempo disponible, encierro y soledad, o una modalidad de cursado más flexible benefician a los alumnos carcelarios. Sin embargo, para los responsables del área educativa del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC) ninguna de estas razones es válida para explicar el mérito académico de los presos.

“Acá hay ganas y creencia en el querer y el poder hacer. Porque afuera los chicos también tienen tiempo y no le ponen las ganas que le tienen que poner”. Así de contundente fue Miriam Mancho, a cargo del Departamento de Educación del SPC, para quien “muchos ven en la cárcel la oportunidad de autorrealización, la posibilidad para arrepentirse de sus delitos y ocupar el tiempo de una forma útil”.

Lejos de enfrentar a los estudiantes entre sí, para los docentes estas afirmaciones tienen por objeto demostrar que los presos también son capaces, y romper con el mito de que estas personas “no tienen retorno”.

Aunque en la actualidad un total de 80 internos estudian en las penitenciarías de la provincia, los promedios son calculados en base a aquellos escolares que, a la fecha, tienen como mínimo ocho materias rendidas.

La apertura de las cárceles a la propuesta universitaria se vio favorecida con el artículo 133 de la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad (24.660). Esta señala que “desde su ingreso se asegurará al interno el ejercicio de su derecho de aprender, adaptándose las medidas necesarias para mantener, fomentar y mejorar su educación e institución”.

Sin embargo, según la responsable del área educativa, no es nada fácil el camino del estudio en los penales. Se requiere de esfuerzo, de estímulo por parte de la familia del recluso y acompañamiento permanente por parte de los profesores para cumplir con el objetivo último: “el de lograr la reinserción social”.

Con ese fin y merced a una serie de convenios con los ministerios de la Provincia, la Municipalidad, y la Nación se dictan cursos de idiomas, talleres de manualidades, cursos de capacitación y formación, entre otras actividades de extensión.

Los internos que participan de los planes de estudio se alojan en las cárceles de San Martín, Bouwer, la Penitenciaría de Cruz del Eje y el Correccional de Mujeres. Cinco veces por semana reciben las tutorías por parte de un grupo de docentes y no docentes que participan bajo la figura de carga anexa, lo que les significa una remuneración mínima. Estudian carreras en la Facultad de Filosofía y Humanidades; Matemática, Astronomía y Física, y Derecho y Ciencias Sociales. Además de la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional San Francisco), Universidad Nacional de Villa María, Universidad Nacional de Río Cuarto, Universidad Blas Pascal y Universidad Católica de Salta.

Vale destacar que a las carreras tradicionales como Ciencias de la Educación, Filosofía, Abogacía y Letras Modernas, este año se agregarán dos nuevas opciones para los presos universitarios: Historia y Metro-mecánica.

Según Mancho, esta última iniciativa surgió merced a la demanda de un grupo de reclusos que vieron en la Universidad la posibilidad de “formarse durante su período de condena en un terreno que les permita enfrentar el mundo laboral el día en que salgan”.

Estudio revelador

Con el objetivo de analizar las “significaciones atribuidas a la educación por los alumnos privados de libertad en el marco del Programa Universidad en la Cárcel (PUC)” que desde 1999 desarrolla la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC realizó un proyecto de investigación.
El mismo arroja que desarrollo personal, socialización, instrucción y corrección son las principales razones que, para los presos, otorgan valor al proceso educativo.

Se trata de estudiantes que cumplen su primera o segunda condena y proceden de grupos familiares de clase media o medio baja. La mayoría de sus padres transitó sólo por el nivel primario, parte del secundario, hasta desembocar en el abandono del sistema educativo.

El trabajo efectuado sobre las biografías educativas revela historias de profundo sufrimiento, en cuya base se encuentra la desestructuración familiar provocada por la separación -con características traumáticas- de los padres. A esto se asocia, en algunos casos, el abandono materno a edad temprana y ejercicio de la prostitución que dejó huellas indelebles o el embarazo de hermanas menores que indujo a la asunción temprana de roles adultos.

El ingreso al mercado laboral, relacionado con necesidades objetivas o subjetivas de aportar al sustento familiar cobra relevancia en algunos reclusos. En otros, la pubertad coincide con el inicio en el consumo de sustancias adictivas, el alejamiento de la familia y la configuración de otras relaciones, el abandono del hogar y la calle como espacio preponderante de socialización.

En estas condiciones, la educación queda absolutamente relegada, otras necesidades emergen y en ese marco se produce el ingreso a las actividades delictivas, ya sea como acción consciente, con la percepción de haber sido ‘compelidos’ a ello o bajo el efecto de sustancias adictivas, produciéndose un giro en sus vidas que se acentúa con el ingreso a la cárcel.

http://www.lmcordoba.com.ar/2009/04/30/nota189230.html

Categorizado | Formación y Universidades

1 Comentarios por este mensaje

  1. LIDIA MOLINA Says:

    QUISIERA SABER SI UN INTERNO DE LA CARCEL DE CRIZ DEL EJE PUEDE ESTUDIAR DERECHO EN LA UNC. ES EL MEJOR PROMEDIO DE NOVEL MEDIO. POR FAVOR DÍGANME URGENTE CON QUIÉN Y DÓNDE DEBO CONTACTARME. MUCHAS GRACIAS. LIDIA

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