El hallazgo, que tuvo alentadores resultados en ratones, podría «mejorar muchísimo la condición de los pacientes», destacó el biólogo molecular y director del proyecto de investigación, Alberto Kornblihtt.
Un equipo de científicos argentinos logró probar con éxito en ratones un nuevo tratamiento para la Atrofia Muscular Espinal (AME) que optimiza uno de los fármacos más utilizados a partir de la combinación con otro medicamento también existente, según dio a conocer el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la prestigiosa revista Cell que llevó la noticia a portada.
La investigación encabezada por científicos del Conicet mostró en «ensayos in vitro e in vivo» que los resultados del tratamiento con el medicamento «Nusinersen» -un oligonucleótido antisentido (ASO)- pueden mejorarse si se administra junto con ácido valproico, un fármaco que actualmente se utiliza para tratar casos de epilepsia.
«Nosotros trabajamos en un fenómeno (celular) que se llamado ‘splicing alternativo’ que hace que cada gen pueda codificar más de una proteína y la AME es una enfermedad hereditaria que altera este mecanismo» produciendo insuficientes cantidades de la proteína SMN, dijo a Télam el biólogo molecular y director del proyecto de investigación, Alberto Kornblihtt
«El uruguayo Adrián Krainer ya diseñó una terapia que permite corregir ese defecto y mejorar muchísimo la condición de los pacientes. Nosotros investigamos el mecanismo en profundidad y descubrimos que se puede agregar otro medicamento, llamado ácido valproico, que permite que fármaco sea más eficiente», agregó.
El hallazgo fue anunciado en una conferencia de prensa en el auditorio del centro donde se llevó a cabo la investigación -el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifibyne) de la UBA y el Conicet-; un encuentro del que también participaron el ministro de Ciencia y Técnica Daniel Filmus, la presidenta del Conicet Ana Franchi y la presidenta de Familias AME, Vanina Sánchez.
¿Qué es la atrofia muscular espinal?
La atrofia muscular espinal (AME) es una enfermedad neurodegenerativa infrecuente que afecta a las neuronas motoras y es causada por mutaciones en las dos copias del gen SMN1.
Aunque hay diferentes tipos de AME, determinados por la gravedad de la patología y el momento de aparición de los síntomas, esta enfermedad se caracteriza por una progresiva pérdida de la fuerza muscular y puede afectar la posibilidad de hablar, caminar, tragar y hasta de respirar.
Hasta fines de 2016, los tratamientos disponibles para AME eran únicamente de sostén, y no había ninguna terapia farmacológica que permitiera frenar o ralentizar el avance de la enfermedad.
Esta situación cambió cuando en diciembre de aquel año la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el uso de un medicamento conocido como Nusinersen, que luego también fue aprobado en la Argentina.
Este fármaco permite aumentar la producción de la proteína SMN en pacientes con AME y así detener o ralentizar la muerte progresiva de las neuronas motoras.
«Nuestros resultados fueron obtenidas en células humanas en cultivo y en ratones modelo de la enfermedad, pero todavía falta probar la efectividad en pacientes y para eso será necesario realizar ensayos clínicos con mucho rigor», dijo.
El biólogo molecular e investigador del Conicet explicó que el hallazgo de este «nuevo mecanismo» estuvo «basado en nuestras investigaciones básicas de más de 25 años» y la expectativa es que «permita diseñar una terapia combinada más eficiente para la enfermedad».
«Los ratones con AME a los que se les suministra de forma combinada el Nusinersen con un inhibidor de la histona desacetilasa, como el ácido valproico, tienen mayor sobrevida, ganan más peso y tienen mejores propiedades motoras y más fuerza en las extremidades anteriores que los ratones a los que se les administra solo el medicamento de Kreinen», señaló Luciano Marasco, becario doctoral del Conicet en el Ifibyne y primer autor del trabajo.
Ambos destacaron que esta investigación se inició a partir de una demanda directa de la asociación Familias de Atrofia Muscular Espinal (FAME), cuyos representantes literalmente un día «golpearon la puerta de nuestra oficina» para pedirles que enfocaran sus trabajos de investigación al desarrollo de nuevos y mejores tratamientos para tratar la enfermedad que padecen sus hijos u otros familiares.
«Nosotros apostamos a una investigación en ciencia básica porque entendemos que cuanto más se conozca sobre el tema, aumentan las posibilidades de que se desarrollen mejores terapias», afirma Vanina Sánchez, presidenta de FAME Argentina (ver recuadro).
Y, según Kornblihtt, fue gracias «a su demanda, su instancia, su sabiduría» que se llegó a los resultados que se exponen hoy.
«Para que los grupos de investigación se dediquen a este tipo de tareas, además de la promoción estatal, tiene que haber una demanda, ya sea del sistema productivo privado, del sector estatal, de los familiares», agregó.
Por su parte, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Daniel Filmus calificó como «un orgullo argentino» el resultado de esta investigación y destacó «dos cualidades fundamentales» de la relación ciencia-sociedad.
«Una es el talento de sus investigadores cuando el Estado genera las condiciones para poder desarrollarlas y la segunda es la capacidad de demanda, -incluso directa- de nuestra sociedad civil que no todos los países la tienen», dijo.
A su turno la presidenta del Conicet Ana Franchi ponderó la «unión virtuosa entre grupos de investigación, el Estado presente, las familias, la sociedad» detrás de este resultado científico, a la que después se sumarán «las empresas que van a poder escalar los resultados de la investigación»
«La pandemia demostró que podemos responder a necesidades inmensas de la sociedad y si tenemos en cuenta que sólo el 5% de las enfermedades poco frecuentes tienen una respuesta farmacológica, el trabajo por delante es muchísimo. Pareciera que un país periférico con una economía complicada no podría responder, pero acá se pudo y creemos que van a segur pudiendo», dijo.
Los investigadores también probaron combinar el ASO con otro inhibidor de la histona desacetilasa, como la tricostatina, con similares resultados, pero a diferencia de la tricostatina el ácido valproico ya está aprobado para uso clínico.
LAS FAMILIAS DE PACIENTES CON ATROFIA MUSCULAR ESPINAL AHORA ESPERAN POR ENSAYOS CLÍNICOS
La presidenta de la asociación de Familias Atrofia Muscular Espinal (FAME), Vanina Sánchez, aseguró que ahora la «expectativa» de la comunidad es que se puedan llevar adelante en Argentina «ensayos clínicos para mejorar los tratamientos existentes» para esta enfermedad neuromuscular degenerativa, tras los buenos resultados obtenidos para una terapia combinada a nivel preclínico.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Conicet dio a conocer hoy que un equipo de científicos argentinos logró probar con éxito en ratones un nuevo tratamiento para la Atrofia Muscular Espinal (AME) que optimiza uno de los fármacos más utilizados a partir de la combinación con otro medicamento también existente.
«Nosotros tenemos la expectativa de que este nuevo paso abra la puerta a protocolos clínicos, a que estos tratamientos combinados se puedan probar en personas con AME», dijo Sánchez, cuyo hijo Joaquín (9) padece AME tipo 2.
La atrofia muscular espinal (AME) es una enfermedad genética neurodegenerativa poco frecuente –se da en uno cada 10 mil nacidos vivos- que afecta a las neuronas motoras y se caracteriza por una progresiva pérdida de la fuerza muscular y puede afectar la posibilidad de hablar, caminar, tragar y hasta de respirar.
«A Joaquín lo diagnosticaron a los 15 meses cuando tenía que empezar a caminar. De hecho, llegamos al diagnóstico porque él intentaba pararse y dar pasos y no podía, se caía», contó.
«Y luego de unos cuantos meses hicimos un estudio genético que determinó que tenía EMA, una enfermedad para la cual en ese momento no había tratamiento (farmacológico) disponible, aunque pero sí muchas otras cosas terapias para que el paciente empeore lo más lento posible, como kinesiología», dijo.
El niño asistió a la conferencia de prensa donde se anunciaron los resultados del estudio preclínico en una silla postural comandada por el mismo, aunque «tiene periodos del día en que está parado o da pasos con un andador».
Y todo gracias al tratamiento iniciado a sus cuatro años con una de las drogas disponibles porque «lo que dice la historia natural de la enfermedad es que sin tratamientos un niño con AME tipo 2 no logra pararse ni caminar».
Sánchez explicó que tres son los tratamientos farmacológicos disponibles en el mundo, dos de los cuales ya fueron aprobados también en la Argentina y se están utilizando, aunque no están contemplados en el PMO sino en una política de reintegros.
«La primera droga aprobada por la FDA en 2016 y por Argentina dos años y medio después se llama Nusinersen y su nombre comercial es Spinraza. El segundo es Zolgensma que es una terapia genética que reemplaza el gen defectuoso aprobada en el año 2020 en EEUU y en enero 2021 en nuestro país, pero aún hay pocos pacientes en tratamiento porque faltan pautas de cobertura», dijo
La titular de FAME agregó que «un tercer tratamiento aprobado en el mundo en 2020 que es el Evrysdi –cuyo nombre comercial es Risdiplan es el nombre comercial- que aún no está aprobado en nuestro país, pero está en proceso de serlo».
Como consecuencia de esta situación, Sánchez explicó que «tenemos el 50% de nuestra población en tratamiento y el otro 50% luchando por conseguirlo».
«Y por otro lado se están probando combinación de tratamientos farmacológicos y actualmente hay más de 20 líneas de investigación que están apostando a demostrar que esos tratamientos combinados tienen efecto, sobre todo en los pacientes que tienen más tiempo con la enfermedad y, por lo tanto, más deterioro».
Fuente_ Telam
https://www.telam.com.ar/notas/202206/595046-ciencia-argentina-tratamiento-atrofia-muscular-espinal.html